El veterinario del servicio de Caza de la Conselleria de Infraestructuras, Miguel Ángel Sánchez Izaría, asegura que en la comarca de Requena-Utiel la población de conejo de monte es cuatro veces mayor a la normal, motivo por el que se puede decir abiertamente que existe una "superpoblación" y que sería necesaria una presión cinegética 15 veces mayor para devolver a cifras normales la densidad poblacional, porque erradicar su presencia es imposible.

Asimismo avanza que los daños en la agricultura, concretamente en el viñedo, continuarán si cuando llegue la primavera los agricultores tienen conejos en los lindes de sus explotaciones.

Sánchez ha realizado un estudio sobre la situación y evolución del conejo de monte en esta comarca. El experto asegura que la población de este animal está en un media de 4,5 individuos cada 100 metros cuadrados, cuando la cifra debería estar entre 1 y 1,5

La población en la zona tiene diferencias respecto a otros lugares con superpoblación, como la Vall d'Albaida. La primera es el equilibrio entre machos y hembras -un macho por cada hembra- lo que esta provocando que la colonización de nuevos terrenos sea rápida. El avance está entre 500 y 1.500 metros al año, puesto que los machos dominantes expulsan a los jóvenes de las madrigueras obligándoles a asentarse en nuevas..

Por otro lado, hay una mayor cantidad de adultos que de gazapos y juveniles, síntoma de que están inmunizados a las dos enfermedades que hasta hace poco los esquilmaban, la mixomatosis y la enfermedad vírica hemorrágica.

El veterinario asegura que los conejos son autóctonos y no especies extranjeras, que están inmunizados en un porcentaje muy alto contra las enfermedades, que no tienen predadores que los eliminen y que disponen de un terreno muy adecuado para crecer. Unos condicionantes para que la población siga creciendo a un ritmo exponencial "y donde no haya, que los esperen", matiza Sánchez. Además, explica que la grandes infraestructuras, carreteras y tren de alta velocidad se han convertido en lugares ideales puesto que son zonas libre de caza. También ha favorecido la modificación de terreno con la implantación de grandes zonas de cultivo.

La caza como solución

El experto alude a la caza como única solución inmediata para reducir la población y aconseja a los agricultores a que traigan cazadores de otras zonas. En este sentido explica que hay que convertir el conejo en una "oportunidad", cobrando a los cazadores una cantidad reducida que en función de los miles de conejos que se matan anualmente, lo que "supondría unos ingresos muy importantes para la economía de la comarca".