El paintball, que es un juego muy de moda en el que los participantes se disparan bolas de pintura, no cala, de momento, en Xàbia. Los pueblos suelen concentrar sus instalaciones deportivas, pero hay deportes y deportes. Y el paintball todavía no cuenta con la consideración de modalidad deportiva. Es más bien un juego de escaramuzas bastante ruidoso.

La empresa Limitless A. B., S. L., pretendía montar un paintball en una parcela de la calle Lago Lodaga que linda con el campo de golf. Pidió dos licencias de obra menor, una para construir un búnker y una zanja a modo de trinchera y otra para realizar movimientos de tierra y aportes de grava. En realidad, la mercantil inició los trabajos antes de todo eso. El ayuntamiento se los paró y le abrió expediente de infracción urbanística. Ahora, en una reciente junta de gobierno, el consistorio ha rechazado las licencias al considerar que la ubicación elegida para esa actividad de paintball no es la más adecuada.

Los informes municipales advierten de que esa actividad generaría molestias de ruidos a los vecinos de la urbanización de los Cerezos. Estos residentes también presentaron escritos en los que avisaban de que el paintball alteraría su "vida tranquila". Además, también se considera incompatible con el campo de golf porque los golfistas "requieren de una paz y sosiego" que los contendientes del paintball perturbarían con sus juegos de guerrillas.