Valentín García y su familia no tenían pensado elegir la Safor para pasar su semana de vacaciones pero la Playa Can de Gandia les arrastró a ello. De hecho, el hombre admitió ayer a este periódico que tenían "casi cerrado el apartamento en la costa malagueña" y lo cambiaron "a última hora", apuntó.

Se enteró de la existencia de la playa para perros a través de una protectora de animales de Salamanca, a la que le había llegado la información de que existía una zona en el litoral valenciano donde los perros podían incluso bañarse en el mar. "Lo buscamos por internet, localizamos la zona, nos gustó y por eso anulamos la reserva en Málaga y alquilamos el piso en la playa de Xeraco".

No eligieron Gandia, a pesar de ser una de las playas más conocidas de la costa española porque "nos daba un poco igual el sitio, lo importante era que podíamos tener al perro con nosotros", aseguraba García.

"Estamos en un edificio que se encuentra a escasos metros de la zona de la Playa Can, por lo que, además, no necesitamos ni siquiera mover el coche para llegar hasta ella. Estamos muy contentos", zanjó.

El de Valentín García y su familia es el ejemplo patente de que la Playa Can tiene su mercado y un público al que le duele dejar a sus animales en casa mientras ellos pasan horas disfrutando de la playa.

Llama la atención el hecho de que esta familia salmantina se enterara de la existencia de la Playa Can de Gandia a través de una asociación de animales que había tenido conocimiento de la existencia de la misma y reafirma el hecho de que la zona también puede servir como reclamo turístico para veraneantes que eligen la costa de Gandia y de la Safor para pasar sus vacaciones.

La masiva afluencia de veraneantes que hacen uso de esta zona quedó patente, sobre todo, el pasado domingo, cuando el Playa Can contó con la presencia de decenas de mascotas.

El camino de la Torre de Guaita de Xeraco, que sirve de acceso a la playa de Gandia apta para perros, seguirá cerrado al tráfico de coches. El alcalde, Avelino Mascarell, quiere evitar declaraciones públicas "para no alimentar polémicas" con su vecino, Arturo Torró, pero ayer sí dijo a este periódico que el proyecto para que ese vial se convierta en peatonal y cicloturista es firme y no dará marcha atrás. Así, quien quiera ir con sus mascotas a Playa Can deberá hacerlo a pie o metiéndose con el coche por el camino que conduce a la playa nudista, cuyo trazado recae íntegramente en el término de Gandia y desemboca a unos minutos de la orilla del mar autorizada para perros. El conflicto entre Xeraco y Gandia a cuenta de la Playa Can está en punto muerto y, al menos hasta ayer no existe calendario de diálogo entre Torró y Mascarell para tratar de dar una solución satisfactoria para ambos municipios. Responsables municipales de Xeraco destacaron ayer que el camino es de propiedad municipal. Fue adquirido hace unos veinte años y, por tanto, puede decidir sobre su uso. T. Álvarezgandia