La naranja ha quedado definitivamente tocada de muerte en la Ribera. El cítrico vive ya un punto de no retorno. Hay casi unanimidad entre productores, cooperativistas, técnicos y sindicatos: El cambio de tendencia hacia otros productos es ya imparable. El mejor de los calificativos que deja la campaña citrícola una vez completado el grueso de la recolección en la Ribera es el de «ruinoso».
Todos los condicionantes negativos se han unido en esta temporada, una auténtica desfeta. El escaso calibre por la falta de lluvias tras siete meses sin llover, las altas temperaturas en Europa, la ausencia total de demanda que ha dejado libre el campo a a las grandes distribuidoras para hundir el precio y la producción, ya masiva e imparable, de países extracomunitarios unida a la dificultad de fijar un precio mínimo para el productor amenaza con dejar al sector absolutamente desmantelado, en una comarca donde todavía es uno de sus principales puntales.
La mitad de la naranja se ha quedado colgada de los árboles, ya que a la falta de precio se une la merma de kilos por un calibre escaso. «Ha sido inaudito», explican. «Ya no sabes si se han entrado a collir en un campo o no por la cantidad de fruta que se ha quedado en el árbol», explica un productor, que también ve clave en el hundimiento del mercado la presencia de países extracomunitarios.
Una competencia en aumento
Uno de esos es Sudáfrica, sancionada 36 veces por la plaga denominada de la mancha negra, pero que ha exportado a Europa más que nunca y se ha mantenido en la campaña hasta prácticamente el mes de noviembre, en competencia con la naranja primerenca valenciana. Y esa competencia va en aumento con Turquía, Chipre, Egipto o Marruecos y sus menores costes de producción. «Tienen gente trabajando todo el día por lo que aquí cuesta una hora y contra eso no podemos competir», explica el técnico de la Copal José Climent, quien también apunta a que en esta campaña se ha producido «la mayor presencia de países extracomunitarios en el mercado europeo que se recuerda». Además, este año también han aparecido una serie de problemas fisiológicos en la naranja como el clavillat y, según maduraba la fruta, irrumpió también la denominada clareta, lo que también ha ayudado a provocar un deterioro y la caída en picado del precio, apuntan desde el sindicato AVA.
Todas las miradas, al caqui
Por eso, ante la coincidencia generalizada de que el tiempo del cítrico ha pasado y que la campaña actual será decisiva y marcará tendencia todas las miradas están puestas en variedades como el caqui, que sigue en plena expansión, y la granada, con una penetración de momento «interesante», apuntan. Desde la Unió consideran que esta campaña va a tener «una influencia porque a la hora de reconvertir las explotaciones se van a buscar otras alternativas, señalan desde la ejecutiva comarcal.
