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Medio Ambiente

Ecologistas e instituciones salvan los peces de la Font de Quart de la sequía

La falta de lluvia amenaza con provocar restricciones de agua potable en varias comarcas

Unos voluntarios rescatan peces en la Font de Quart, en Quart de les Valls. c.marqués

La vida de la Font de Quart corre peligro si no se regula de manera urgente un mínimo medioambiental para este paraje natural emblemático de la Vall de Segó. Y es que los peces autóctonos que se afianzaron en este manantial tuvieron que ser trasladados ayer a la balsa de riego de acequia de Benifairó de les Valls, debido a la sequía que azota a la Font.

«Hemos tenido que salvar la fauna porque el descenso de agua provocado por el arranque de los motores de riego durante la noche deseca el acuífero y tanto los peces como la flora del paraje se ven muy afectados», apunta Enric Amer desde Acció Ecologista Agró. El Ayuntamiento de Quart, la Junta d'Aigües, la Mancomunitat de les Valls y Agró colaboraron en esta labor de recuperación del paraje natural más emblemático de la Vall de Segó. «La Font es el corazón de la subcomarca y no podemos permitir su deterioro», afirma Toni Gaspar el presidente de la junta.

Tras solicitar a Medio Ambiente y a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) los permisos pertinentes, las brigadas de Faura y Benifairó participaron en el traslado de cerca de medio centenar de barbos hasta Benifairó, donde permanecerá hasta que la Font recupere un caudal óptimo. Estos peces, que venían del Palancia a su paso por Soneja, se introdujeron recientemente a través de un proyecto impulsado por el Ayuntamiento de Quart, Agró y Medio Ambiente. La adaptación de los barbos al paraje fue muy satisfactoria, según los ecologistas, tras comprobar el aumento tanto en número como en tamaño de los ejemplares. Por otra parte, unos 200 vecinos de la urbanización Montes del Palancia de Algar corren el riesgo de quedarse sin agua este verano ante la sequía que sufre el pozo que les abastece. De momento, ya están padeciendo restricciones durante el día, ya que solo disponen de suministro desde las 20 hasta las 22 horas, un plazo que se amplía a las cuatro horas durante el fin de semana.

Desde la sociedad que gestiona este Pozo de los Dolores, ya se ha advertido que las restricciones pueden ir hasta reducir el abastecimiento a una hora diaria e incluso se advierte del riesgo de quedarse sin ningún suministro, si con esta medidas de contención no se repone el acuífero.

Alarma en Beniarrés

La ausencia de lluvias importantes durante prácticamente el último año no se ha limitado a la Safor, sino también a otras zonas que alimentan de agua a esta comarca. Es el caso de l´Alcoià, el Comtat, la Marina Alta y la Vall d´Albaida, un territorio que, en mayor o menor parte, drena sus aguas a la cuenca del río Serpis.

Consecuencia de ello es la imagen que ofrece en estos momentos el embalse de Beniarrés, que está en los niveles más bajos de los últimos años. Según datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar, la presa retiene en esos momentos 8,9 hectómetros cúbicos de agua, alrededor del 30 % de su capacidad máxima, fijada en 27 hectómetros cúbicos. Con las necesidades de regadío en los resecos campos de la Safor, de Beniarrés se están desembalsando unos 80.000 metros cúbicos de agua cada día. Eso significa que en un periodo no superior a los dos meses el embalse se situaría en el llamado «mínimo técnico», momento en que se tendrían que cerrar los aliviaderos para evitar que la base de la presa se seque y se puedan causar daños a la estructura.

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