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Hallazgo

Gátova descubre una torre del s. IV a. c. que defendía un poblado íbero amurallado

La estructura permitía vigilar el camino de Llíria a Segorbe, conserva muros de hasta 3,5 metros de alzada y llegó a medir 8 metros de altura

Gátova descubre una torre del s. IV a. c. que defendía un poblado íbero amurallado

Las excavaciones arqueológicas que han dirigido Juan José Ruiz y Josep Burriel en la partida del Torrejón de Gátova han dejado al descubierto una torre defensiva de carácter monumental, datada en los siglos IV al II a.c., de planta rectangular y de época íbera. Esta construcción defensiva, según relata el arqueólogo Juan José Ruiz, medía 9 metros de este a oeste por 6 de norte a sur. En la actualidad, se conservan «en muy buen estado, muros de hasta 3,5 metros de alzada de esta estructura asociada al poblado amurallado de la misma época que se ubica a unos 4 kilómetros del casco urbano» de esta población del Camp de Túria. Asimismo, en la torre se ha acreditado la existencia de dos plantas, una a pie de suelo, y otra superior, que funcionaba a modo de terraza almenada y desde donde se vigilaba la entrada al poblado.

La intervención efectuada ha contado con una subvención de la Diputación de Valencia y del ayuntamiento de Gátova; se ha centrado en la esquina suroeste, y ha consistido, tal como explica Ruiz, «en retirar los elementos de derrumbe de la propia torre, y en desbrozar y quitar la vegetación y los materiales desprendidos, que impedían ver el carácter monumental de la torre». No en vano, al excavar se ha descubierto que el inmueble medía 8 metros de altura, desde la terraza almenada hasta el suelo, recuperándose sillares enormes, de entre 500 y 600 kilos, que han sido convenientemente almacenados para posteriormente ser reutilizados en la restauración y puesta de valor del edificio. Muy cerca de la torre, añade el técnico, «hemos localizado la entrada al poblado, en forma de puerta y el inicio del recinto amurallado que defendería todo el núcleo de población». También, ha quedado acreditada la existencia de dos lajas, sitas en la planta inferior, sobre las que se levantaban dos vigas verticales de madera, de las que han aparecido restos carbonizados, que sustentaban el forjado de la planta superior o mirador. Los íberos, que aún no conocían el mortero como los romanos, edificaban con piedras calizas del terreno trenzadas con tierra y pequeñas piedras, en forma de cuña.

La puesta en valor del Torrejón de Gátova dibuja la importancia estratégica de esta zona de Valencia en tiempos de los íberos dado que la torre descrita servía también para defender el atávico camino que ya entonces unía Edeta (Llíria) con Segorbe. Además, está muy cerca del Puntal dels Llops en Olocau, un relevante yacimiento íbero.

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