A Conxa Fons Blai la conocía todo el mundo en Benifairó de la Valldigna como Conxa «la Canica». Fue una mujer muy buena, según sus conciudadanos, que trabajó en los almacenes de naranjas que proliferaron en el municipio. Siempre estuvo muy interesada en cuestiones sociales y, pese a no tener estudios, se interesó mucho por la lectura y fue autodidacta en muchos aspectos sociales. Falleció hace cinco años, cuando tenía 98. Hasta ahí podría ser la historia de otra vecina más del pueblo. Sin embargo, guardaba un secreto. Lo que muy pocos sabían en esta localidad de 1.600 habitantes es que fue la primera mujer concejala del Ayuntamiento en una época donde los hombres copaban el cien por cien de los puestos de poder. Tan secreto era que ni sus hijos, Francesc y Pep Bataller, lo conocían.
Lo descubrió el actual alcalde, Josep Antoni Alberola, de absoluta casualidad. Revisaba el archivo municipal para conocer los nombres de los alcaldes del siglo XX. «Leyendo los documentos me llamó la atención ver el nombre de una mujer y me interesé por el tema porque no tenía ni idea de que en Benifairó había habido una mujer antes de la democracia», explicó.
Conxa ostentó los cargos de concejala de Educación y vocal de la comisión de Sanidad entre el año 1938 y 1939, es decir, durante la guerra. «Tuvo que tomar decisiones difíciles como la de cerrar o no el colegio por el enorme brote de sarna que había entonces», explicaba a Levante-EMV el alcalde benifaironero. Se desconoce a qué partido pertenecía pero es seguro que es que era de izquierdas.
En plena guerra y bajo esa ideología, estaba marcada para acabar encerrada o fusilada una vez acabado el conflicto armado. De hecho, su marido, que militó en el Partido Comunista, sí que fue encarcelado durante al menos cuatro años. Primero estuvo en el campo de concentración de Albatera y después fue trasladado a la cárcel modelo de València, donde estuvo recluso durante año y medio, según explicó a este periódico Francesc Bataller, uno de sus hijos.
El 9 de septiembre del año 1938 se constituía la corporación de la que formaba parte la primera mujer concejala de Benifairó. En el acta de ese día se puede comprobar que, efectivamente, todo el resto de ediles son hombres. Aquel día ejercía como «alcalde provisional y saliente» Vicente Alberola Casanova.
El silencio de un pueblo
¿Por qué Conxa logró escapar del asedio del régimen a quienes habían ostentado cargos en partidos de izquierdas? ¿Cómo es que casi nadie en el municipio conocía esta faceta de «la Canica»? Las dos preguntas están relacionadas.
Tanto el alcalde como los hijos de la mujer, a través de unos primos de Conxa, han descubierto que la poca información popular que había sobre este hecho se debió a que el mismo pueblo, los vecinos, ocultaron que la mujer había sido concejala del Ayuntamiento. Lo hicieron, precisamente, para evitar que fuera capturada. Todos los ciudadanos de Benifairó se conjuraron tras la guerra para que una mujer a la que tanto querían sufriera represalias por su condición de cargo público durante la república una vez instaurado el régimen franquista.
«En casa nunca habló de ello», explicaba Francesc Bataller. «Mi prima sí que lo sabía pero nunca se nos dijo nada a nosotros», apuntó el hijo. Tampoco sabe los motivos por los que su madre siempre lo guardó en secreto. Está seguro que no fue algo que se le olvidó porque «dos días antes de fallecer ella aún leía. Estaba muy lúcida», indicó. «Yo creo que a fuerza de decir que era mejor callar para no tener ningún problema se lo reservó para ella y se lo llevó para siempre», dijo.
