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Traslado

Decenas de sillas y mesas compradas en Yátova con dinero de Europa están en Godelleta

El mobiliario para el inexistente centro cultural y tecnológico fue a parar a la segunda población con el visto bueno de Agricultura

Sillas apiladas en el edificio de Godelleta. levante-emv

Decenas de sillas, mesas y taburetes que se compraron en abril de 2011 con fondos europeos para dotar el denominado centro tecnológico y cultural de Yátova están en realidad desde entonces en dependencias municipales de Godelleta.

Así lo han confirmado fuentes del Ayuntamiento de Godelleta a Levante-EMV así como un portavoz del PP de Yátova. Una buena parte de las 857 sillas, mesas, sillones y taburetes que se adquirieron con una subvención incluida en el Ruralter-Leader de 2008-2013 para Yátova están en el edificio multiusos de Godelleta, cuyas fotos se muestran en esta noticia, y donde se realizan diversas actividades culturales y festivas, en especial, las presentaciones falleras. Otra parte de este mobiliario, según afirman las mismas fuentes están en el bar del polideportivo, y al parecer, también en el propio edificio consistorial, aunque este último extremo no ha podido ser contrastado.

Todo este mobiliario forma parte del equipamiento -muebles, material informático y paneles- de un centro cultural que debía estar en funcionamiento en Yátova desde hace años pero que nadie en el pueblo ni en la Hoya de Buñol conoce ni ha conocido nunca.

De hecho, fuentes del consistorio de Godelleta han indicado que «un alto cargo del PP de la Hoya informó al entonces equipo de gobierno popular que existía un dinero para gastar en sillas y mesas», y que esta inversión debía cobrarse a través de la Asociación del Interior de la Hoya de Buñol-Chiva. Los fondos procedían de la Unión Europea; de la Conselleria de Agricultura, en el mayor porcentaje,y del Gobierno de España, en menor medida. Las facturas para justificar y conseguir la subvención fueron aportadas por la Fundación Desarroya, entidad que está inmersa en una investigación judicial en un tribunal de València. El denominado Centro Tecnológico Cultural Comarcal que se debió instalar en Yátova, logró una subvención de más de 180.000 euros, que ahora han sido reclamados por la actual Conselleria de Agricultura -ya con Elena Cebrián al frente- porque se considera que esta subvención fue adjudicada de manera irregular. La Generalitat exige a la Asociación de Interior que devuelva este dinero pero se da la circunstancia que esta entidad está en quiebra y con las cuentas intervenidas por otras subvenciones que también les concedieron de forma fraudulenta durante la época de Maritina Hernández (PP) y su cúpula de la Conselleria de Agricultura. Ahora bien, los actuales gestores de la asociación, cuya presidenta es la alcaldesa de Alborache Paqui Collado,no tienen nada que ver con estas presuntas irregularidades y además las han denunciado a la justicia.

Lo más sorprendente, según las fuentes consultadas, es que pese a que se subvencionó un recurso cultural en Yátova en esta población nunca hubo nada y la administración autonómica no lo detectó.

De hecho, un portavoz del PP de Yátova informó a este diario que desde el primer momento el mobiliario comprado con este dinero público fue a Godelleta, y el entonces equipo de gobierno popular le dio el uso que consideró adecuado. Además, otra fuente del consistorio de Godelleta, ratifica que se pasaron «hasta dos auditorías o visitas de técnicos de la Conselleria de Agricultura que se desplazaron a Godelleta para comprobar que la subvención se había gastado en lo que tocaba» pero sorprendentente no pareció importarles que el dinero y los materiales deberían haberse gastado e invertido en Yátova y no en Godelleta.

El problema que se plantea para el actual ayuntamiento de Godelleta es que la Generalitat exige a la Asociación de Interior que devuelva el dinero de la subvención. Pero en caso de no poder recuperar estos fondos, se debería de reintegrar todo este mobiliario a la Asociación de Interior y luego a la administración. Por eso, fuentes de la corporación temen que los vecinos «acaben sufriendo esta mala gestión del PP ya que las sillas y las mesas hacen falta y se tendrán que reponer en caso de que alguien las reclame».

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