El sábado pasado la Fundación María Antonia Clavel estrenó las nuevas salas recién restauradas, acometidas en 2018, y que corresponden a la segunda fase del proyecto de restauración del Palacio Vizcondal de Chelva; también avanzó el proyecto de la fase III y los futuros usos del edificio. La entidad fundada en 1916 con sede en la capital de la Serranía es la propietaria de la parte más antigua del palacio que tiene una superficie de 3.000 metros cuadrados de los más de 10.000 que tiene todo el conjunto. En el acto intervine como presidente de la Fundación explicando al público la ampliación de sus fines fundacionales, pasando de benéficos a benéfico-culturales para el patrimonio chelvano y anuncié la intención de que cuando esté terminada su restauración, el edificio acoja los museos comarcales de historia y etnología, salas de conferencias y exposiciones, además de la sede de la Fundación María Antonia Clavel. Con este proyecto la entidad, que tiene entre sus patronos al alcalde, juez de paz, párroco de la villa y tres miembros de la sociedad civil, quiere afianzar la cultura y el turismo en Chelva y en su comarca que sufren problemas demográficos.
La Chelva más antigua del siglo IV a.C.
Por su parte el director cultural de la entidad, el arqueólogo Juan José Ruiz López distinguido recientemente con el premio Fénix Troyana 2018, explicó los hallazgos realizados, y entre ellos la localización de un asentamiento del íbero antiguo en forma de adobes bajo la torre almohade del siglo XII. Este descubrimiento situaría a Chelva entre las poblaciones más antiguas de la Comunitat Valenciana. También resaltó Ruiz López, en su presentación, la recuperación de la sala de bóveda de arista uno de los pocos ejemplos en el ámbito valenciano, así como el oratorio gótico ahora recuperado y una de las pocas iglesias fortaleza de reconquista que existen en la actualidad en nuestra comunidad. Y destacó la importancia del grandioso palacio del Vizcondado de Chelva, declarado Bien de Interés Cultural, y su complejidad patrimonial que con su restauración se añade a la larga lista monumental de la capital chelvana que podemos ver y disfrutar, y que son fiel testigo de su importancia histórica.
Salvado de la ruina
En el acto de presentación también intervino Tirso Ávila arquitecto de la Fundación y experto en patrimonio, quien analizó el peligro que corría tanto el baluarte almohade como los arcos de las caballerizas del palacio. En el baluarte se utilizaron las mismas técnicas islámicas para su recuperación, con tapial de cal, y para los arcos que sujetan el edificio, y que corrían peligro de hundimiento, un sistema de vigas de acero cosidas y ahora ocultas en el espacio entre las bóvedas y el pavimento; y finalizó destacando que se ha cuidado hasta el último detalle en todo el proceso de restauración.
Las siguientes fases de restauración comenzaran en breve y afectaran a una gran parte del edificio, quedando la mayoría de sus salas terminadas, y así, pronto este edificio se convertirá en todo un referente para la cultura de las comarcas del interior valenciano.
