Emilio Morales, el alcalde en funciones de Chiva y alcaldable favorito para recibir la vara de mando el próximo 15 de junio, ha anunciado a Levante-EMV que el consistorio cuenta con hasta 4 millones de euros para acometer con fondos propios la gran tubería que llevará el agua potable a las urbanizaciones del término municipal.
De esta manera, se podrá atender una reivindicación histórica de miles de personas ya que hoy el agua que se suministra a unos 6.000 vecinos de las diferentes urbanizaciones de Chiva no se puede beber por el exceso de nitratos ni siquiera usarla para ducharse o cocinar. En la práctica, se calcula que en los períodos vacacionales y en los fines de semana, unas 15.000 personas, la mayoría no censadas en Chiva, viven en estos núcleos residenciales que carecen de agua apta para el consumo humano. Morales calcula que nada más constituirse el ayuntamiento a mitad de junio, se podrá licitar en pocos días la 1ª fase de las obras para construir la tubería de 24 kilómetros de largo que llevará el agua desde el depósito del polígono de La Pahílla a los diferentes depósitos de las urbanizaciones de Chiva.
La primera fase, casi en marcha
Esta primera fase de la obra será costeada con los 2,9 millones de euros que tiene Chiva presupuestados como inversiones para afrontar esta gran infraestructura, explica Morales. La segunda fase, hasta completar unos 4 millones, podrán costearse también con fondos propios según los cálculos de intervención y tesorería del consistorio. Esta segunda fase podría incluso licitarse a final de año, añade el alcalde electo de Compromís.
El resultado es que los diferentes núcleos residenciales podrían tener agua potable en 2020 ya que las obras de la 1ª fase tienen un período de ejecución de unos 6 meses porque cuentan con todos los permisos para iniciarse.
La solución en la que trabaja el consistorio desde hace meses supone construir una tubería con varios ramales de unos 24 kilómetros de longitud que llevará agua potable desde el depósito de La Pahílla a los diferentes depósitos que alimentan a las urbanizaciones que hoy no disponen de agua apta para consumo humano: Olimar, Carambolo, Atalaya de Levante, Altamar, Casa Parra, El Bosque, Sierra Perenchiza y Calicanto.
La tubería será bidireccional, con lo que garantizará el suministro en cualquiera de los núcleos de población de Chiva en caso de necesidad. Esto supone llevar agua potable a cerca de 6000 personas de forma estable los 365 días del año, después de 40 años en los que este problema no se había resuelto. El consistorio chivano ya ha tramitado todos los permisos necesarios con Adif, Ministerio de Fomento, Diputación de Valencia o Confederación Hidrográfica del Júcar para no encontrarse con ninguna traba en cuanto se licite la obra, subrayan fuentes municipales. Incluso tiene el proyecto técnico acabado y redactado.
Pozos de La Solana
Los recursos hídricos para las urbanizaciones de Chiva se extraerán de dos pozos de la partida de La Solana que pueden aportar un caudal en torno a 600.000 m3 anuales. Llevando esa cantidad de agua hasta los depósitos que abastecen a varias urbanizaciones y mezclándola con la que los pozos de esas zonas tienen se obtendría un agua potable apta para consumo humano con niveles de nitratos adecuados.
El consumo de las urbanizaciones de Chiva se estima en torno a 2 millones de m3 anuales, con lo que con los aportes de los pozos de La Solana y lo que generan otros pozos cercanos, se garantizaría el suministro estable de agua potable para todo el año. Varias de las urbanizaciones de Chiva tienen sus redes interconectadas. «Con esta obra se logrará conectar todas las redes del término municipal, solucionando cualquier déficit de agua en cualquier depósito del término municipal con aportes de otros pozos», finalizan las mismas fuentes.
