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Medida

Alzira obligará a los vecinos a proteger las urbanizaciones con un cortafuegos a su alrededor

El ayuntamiento ultima una ordenanza de prevención de incendios que regulará la creación de franjas de seguridad en torno a áreas residenciales

Algunos de los chalés del área residencial de Valletes de Brú. v. m. pastor

El Ayuntamiento de Alzira ultima una ordenanza de prevención de incendios forestales que regulará las medidas de seguridad individuales y colectivas que se deben aplicar en las urbanizaciones o áreas residenciales ubicadas en suelo forestal y que concibe como una herramienta para impulsar la creación de franjas de seguridad en torno a ellas, una obligación que ya impone la normativa vigente a los propietarios, si bien la Administración no dispone de herramientas para hacerla efectiva. El gobierno municipal pretende superar esta larga situación de impás «de una forma activa», según explicó ayer el concejal de Medio Ambiente, Pep Carreres, quien no dudó en subrayar que el cambio climático «incrementa el riesgo de incendio» y, según dijo, «no conocemos otra forma de prevenir que alertar del riesgo hasta hacernos pesados y hacer estas franjas de seguridad».

Priorizar el consenso

El ayuntamiento pretende ir de la mano con los propietarios y ofrecer toda la colaboración posible para aplicar estas medidas de autoprotección colectivas aunque, según incidió Carreres, la responsabilidad última es de los residentes «que tienen que ser conscientes de ello», dijo el edil, al tiempo que señalaba que el ayuntamiento quiere que se haga efectiva esa responsabilidad arbitrando los mecanismos para poder aplicar esas medidas y ofreciendo su colaboración.

El borrador de la ordenanza, que el consistorio pretendía distribuir en marzo para abrir el debate y recoger aportaciones aunque la emergencia sanitaria decretada por el coronavirus ha frenado esta fase de participación pública, establece como primera opción que los residentes se constituyan en una asociación para habilitar voluntariamente esta franja perimetral de seguridad, si bien en el caso de que pase un tiempo sin que tomen la iniciativa será la Administración local la que asumiría de forma subsidiaria estos trabajos y repercutiría el coste entre los propietarios en proporción a la superficie de sus parcelas. El objetivo es aplicar un precio público por metro cuadrado.

El área municipal de Medio Ambiente pretende diseñar una actuación para crear esta franja perimetral en cada una de las urbanizaciones que ocupan suelo forestal. Por su parte, los técnicos trabajan actualmente en la redacción de planes de autoprotección en les Valletes de Brú y Valletes de Gallo, dos zonas residenciales no reconocidas formalmente como urbanizaciones que cuentan con alrededor de 80 viviendas, si bien se consideran las zonas de mayor riesgo dada la frondosa masa forestal. Con posterioridad actualizarán los planes de autoprotección del Respirall, El Racó, Sant Bernat y Santa Marina.

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