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Medio ambiente

La protección y la lluvia salvan el Ullal que da origen al río Verde

Las copiosas precipitaciones de los últimos meses permiten al paraje mostrar una imagen que hace escasos años era impensable - La ayuda institucional, clave en la recuperación del humedal

El ecosistema se ha recuperado tras años de graves sequías. v. m. pastor

El nacimiento del río Verde, en Benimodo, goza de un estado de salud envidiable. El paraje natural ha superado en los últimos años una de sus peores situaciones, cuando se vio asfixiado por una pertinaz sequía. Tras convertirse en el mejor refugio para el samaruc, pez autóctono en peligro de extinción, las copiosas precipitaciones de los últimos meses han mejorado notablemente sus condiciones.

«El agua es vida». Así lo resumía ayer el alcalde de la localidad, Paco Teruel. «A poco que llueva, ya se observan los efectos beneficiosos en el paraje. Brota mucha más agua, es algo que se ve a simple vista, y eso se traduce también en una mejoría de la calidad del ecosistema. Estos meses han supuesto una bendición», añadió el munícipe.

Los «ullals» del río Verde, el único que nace y discurre íntegramente por la Ribera Alta, ya no son lo que eran. Afortunadamente. No hace tanto, la situación de este idílico paraje era alarmante. «Cuando entré como alcalde en 2011 estaba muy preocupado por su estado. Por momentos he sido muy pesimista, pero no era para menos. Hubo una época en la que, por muchas actuaciones que realizásemos, veías cómo el ecosistema se degradaba cada vez más. La pérdida de calidad se observa con facilidad, ya que hay marcas que marcan el nivel del agua; además, cuando éste desciende, es muy fácil detectar el deterioro en especies como los juncos», explica el alcalde de Benimodo.

El cúmulo de despropósitos no acaba ahí. «También llegó una sequía muy fuerte», recuerda Teruel. Entre finales de 2017 e inicios de 2018, los «ullals» mostraban un estado preocupante por la escasez de agua. La comarca sufrió un arranque de otoño muy seco, lo que sumado a varios años consecutivos con precipitaciones por debajo de la media agravó su paulatino declive. Es cierto que no era la primera vez que padecía una situación similar. Sin ir más lejos, una década atrás una nueva sequía afectó gravemente al ecosistema del humedal hasta tal punto que fue necesaria una reintroducción del samaruc. Desde entonces, no se ha realizado ninguna suelta más y la población de este pez autóctono ha encontrado en el enclave de Benimodo su mejor refugio.

«El estado de un paraje natural como el nuestro tendría un símil que todos podemos entender. Es como un campo de cultivo. Si un agricultor no lo cuida y el clima no acompaña, la parcela acaba degradándose. Ahora, si las cosas se hacen bien y el tiempo se vuelve un aliado, los resultados son más que satisfactorios. Afortunadamente, un ayuntamiento tan pequeño como el nuestro ha contado con el respaldo del Consell y la Diputació, que nos han ayudado a mejorar su mantenimiento, a darle los mimos que necesitaba para regenerarse. Para nosotros es muy importante, tanto tener el paraje en buen estado como contar con el respaldo institucional», defendió Teruel.

Más fauna

Los «ullals» muestran, por tanto, una imagen que era impensable hace unos años. Mucha agua, de calidad y una amplia gama de vegetación. Además, por supuesto, de un gran estado de la fauna que allí habita. El ya mencionado samaruc se ha adaptado a la perfección al paraje de Benimodo, incluso con condicionantes en contra como la presencia de la especie invasora «Gambusia holbrooki», que en otros lugares ha acabado por desplazar al samaruc. La desecación ya mencionada acabó por completo con los ejemplares de «petxinot» o almeja de río («Unio Mancus»), que el servicio de Vida Silvestre de la Conselleria de Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica ha conseguido reintroducir con éxito.

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