Durante las semanas más duras del confinamiento, los más idealistas ofrecieron una visión romántica de la situación. Muchos estaban convencidos de que tantos días encerrados en casa iban a imponer una reflexión para aprender de los errores y mejorar aquellas coductas incívicas que perjudican a la sociedad. Se habló de ciudades que recuperaban el sonido de la naturaleza, de animales que podían transitar tranquilamente por las calles vacías y de espacios verdes que volvían a florecer ante la inactividad humana. Una visión idílica.
Pero ha pasado un mes desde que se inició la desescalada y avanza la vida social y personal. A medida que se recuperan espacios públicos ha quedado claro que el confinamiento no ha domado la acción incíciva que practican algunos desalmados. Uno de los últimos ejemplos lo ha sufrido el Ayuntamiento de Benifairó de la Valldigna, que el pasado domingo volvía a comprobar el poco respecto que los vándalos tienen por los bienes públicos.
Un banco quebrado a pedradas
El paraje conocido como l'Ermita, un espacio de ocio enclavado en plena naturaleza y muy apreciado por vecinos de este municipio y de otras localidades próximas, aparecía lleno de basura y con algunos elementos de mobiliario urbano destrozados. El peor parado fue un banco de hormigón que quedó quebrado con la ayuda de una gran roca que alguien lanzó contra él. Se trata, además, de un elemento antiguo, que se encontraba ahí tras ser retirado de otro espacio público del municipio.
Al parecer, un grupo de personas decidió comer o cernar el domingo en este paraje. Lejos de comportarse como es debido y recoger todos los residuos y tirarlos a la papelera, se marcharon tras ensuciar el paraje. Es cierto que esta suciedad se sumó a los vertidos que ya existían anteriormente, como se aprecia en alguna de las imágenes que el ayuntamiento ha publicado en su perfil de Facebook.
El alcalde, Josep Antoni Alberola, ha condenado esta acción vandálica y ha recordado que l'Ermita es un paraje «muy querido por los vecinos de Benifairó, que suelen dar largos paseos hasta él». Desde el consistorio señalan que «no se puede tolerar que haya gente que no tenga un mínimo respeto por lo que es de todos».
En los últimos años, Benifairó ha sufrido un gran número de actos vandálicos, que han afectado a contenedores, mobiliario urbano, la piscina, que ha sido asaltada dos veces, acciones condenadas siempre por el consistorio.
Uno de los principales problemas de Benifairó es que solo hay un policía y ademas carece de servicio nocturno. Por eso es tan importante para el municipio que avance el acuerdo que ya tiene con Simat para que los dos cuerpos de policía trabajen de forma conjunta, lo que permitirá aumentar los efectivos.
