El estrambótico proceso por el que la corporación de Massamagrell le quitó la semana pasada el nombre de Joan Fuster a una avenida para dárselo a un exedil del Partido Popular, y esta semana ha intentado devolvérselo, ha rememorado algunos capítulos de cambio de denominación en los callejeros locales que, si bien no fueron tan complicados, estuvieron envueltos en polémica. Se trata de calles cuyo cambio de nombre obedecía a una decisión política y no a una aplicación de la normativa, como es el caso de la Ley de Memoria Histórica.
Uno de los ejemplos se produjo en Sedaví en el año 2011 tras el fallecimiento de Vicent Ruiz Monrabal, líder de la democracia cristiana en la transición y cronista oficial de la ciudad, entre otros cargos públicos. Compromís propuso que su municipio le dedicara una calle y el gobierno del Partido Popular tuvo la ocurrencia de plantear quitar el nombre de Vicent Andrés Estellés a una de las vías para cumplir la petición. Tras el alud de críticas que recibió el intento del PP de desposeer al poeta de su calle, fue la familia de Ruiz Monrabal la que se negó. «Mi padre no toleraría que le quitaran una calle a Estellés», dijo a este diario su hijo Vicente Ruiz entonces, al igual que en Massamagrell la propia familia del edil popular fallecido, Enrique Senent, ha rechazado un reconocimiento, a costa de un conflicto.
En Torrent, también fue sonado en 2009 el cambio de nombre de la avenida País Valencià, que se le había otorgado en 1979 para quitarle el nombre franquista de los Mártires. Dos años después de su llegada a la alcaldía, la popular María José Català revistió el proceso de consulta popular en 2009, con un desarrollo que la oposición llegó a tildar de pucherazo. La causa fue que apenas participó un 4% del censo (2.065 sufragios), cuando se había anunciado que sólo se tendría en cuenta un resultado superior al 10%, y que el recuento reveló que había 85 votos más que votantes registrados por el sistema informático. Además, aunque la opción más votada fue el no al cambio (957), el gobierno popular cambió la forma de contabilizar el resultado y sumó todas las otras opciones (diferentes denominaciones) para obtener los 1.055 votos con los que avalar su postura. En la segunda ronda, la ciudadanía elogió «Avenida al Vedat».
El cambio de nombre de País Valencià también llegó 30 años después sin consultas ni peticiones ciudadanas expresas a Paterna y Manises entre los años 2010 y 2011, lo que hizo pensar en una consigna del Partido Popular, que gobernaba en las tres ciudades.
La fallida Avda. Adolfo Suárez
También las poblaciones de Alaquàs y Aldaia tienen un episodio enrevesado. En el año 2014, a propuesta del PP de Alaquàs, el pleno aprobó con los votos socialistas que una de las vías que comparten ambos municipios (Carretera de Aldaia y Dos de Mayo)se llamara Adolfo Suárez, al haber fallecido el primer presidente del Gobierno de la democracia. Posteriormente, se sumó al acuerdo el pleno de Aldaia, donde el PP gobernaba y el PSOE estaba en la oposición. Aunque ambas alcaldesas, Elvira García (PSPV) y Carmen Jávega (PP), llegaron a escenificar el acuerdo paseando por la avenida, el asunto se guardó en un cajón y nunca se ha aplicado, al presentarse firmas de residentes de residentes de la zona.
El rey emérito en Torrent
Recientemente también ha sido objeto de debate la retirada del nombre a la avenida de Torrent que lleva el nombre rey emérito, Juan Carlos I. A raíz de la investigación judicial sobre sus finanzas, Compromís per Torrent pidió que se cambiara la denominación del acceso sur a la ciudad, y actualmente el principal. La coalición alegó que el monarca «presenta un historial de captación de dinero, no declarado ni reconocido oficialmente, de más que de dudosa procedencia» y detalló los diferentes casos por los que se le investiga, de su etapa de jefe del Estado. El asunto no prosperó.
