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Años de batalla judicial para recuperar la casa que se construyó en Albalat

La Audiencia Provincial ha reabierto el conflicto al anular la adjudicación que el propietario había obtenido a través de subasta

Vista del núcleo urbano de Albalat dels Tarongers. | R.C.M.

Ni la compra por subasta de su propiedad en Albalat dels Tarongers ni el reconocimiento judicial a ese derecho ni los años de lucha en los tribunales le han servido hasta el momento a Julián Navarro para recuperar unos terrenos de algo más de 1.100 metros cuadrados con naranjos en los que construyó, desde hace más de 40 años, primero una caseta para los trastos y posteriormente una vivienda que sigue habitada.

El conflicto con su exmujer e hijos vivió su último capítulo hace unas semanas, cuando un auto de la Audiencia Provincial revocó el fallo previo que daba validez a la adjudicación de la propiedad a este vecino de Camporrobles, después de que fuera el único que presentó una oferta en la puja convocada para el reparto del inmueble.

Más allá de estos procedimientos, el afectado lamenta que «he dado todas las facilidades para que se pudieran quedar la casa pagando una parte de su valor. Les di cobijo durante años, incluso después del divorcio, y les pagué mucho tiempo los gastos asociados a la vivienda -que ascendieron a cerca de 8.500 euros-, cuando yo ya no estaba allí, pero ellos lo quieren todo y parece como si hubiera una mano negra que les favorece, porque de otra forma no se entiende lo que está pasando».

En una convivencia con su exmujer que se inició en 1964 y fue ampliándose con cinco hijos hasta que en 1982 se empezó a tramitar un divorcio que no se hizo efectivo hasta tres años después con una sentencia en segunda instancia, Julián se muestra especialmente molesto porque «siempre que me paso por la propiedad en Albalat se arma una escandalera». De hecho, cuando se fueron a vivir a la localidad del Camp de Morvedre, tras un periplo en Francia y dos en Sagunt, «la situación se hizo insostenible y tuve que irme a vivir con mi hermano».

Esa residencia en la capital comarcal fue motivo de otra batalla judicial, que reconoció que su adquisición se realizó cuando todavía estaba constituida la sociedad de gananciales del matrimonio, pese a que la escritura pública tenía fecha posterior. Según dictaminó en 2009 el juzgado de primera instancia número 3 de Sagunt, Julián estableció un «contrato verbal de compraventa» en 1978 con la anterior dueña, a la que pagó 600.000 pesetas -de las 1.286.000 que acabó costando- a cambio de las llaves y el compromiso de compra posterior».

Otra vivienda en Sagunt

Así que, por esta vivienda situada en una de las principales avenidas del núcleo histórico de Sagunt, Julián  -que está jubilado, volvió a casarse y tiene dos menores a su cargo-, abonó a su exmujer cerca de 47.000 euros, la mitad de lo que había obtenido unos años antes por su venta.

En esta sentencia, que dio la razón a Julián en su reclamación de recuperar el impuesto de bienes e inmuebles de varios ejercicios, ya se hacía mención a la finca rústica de Albalat dels Tarongers, aunque por aquel entonces, y así lo recogió el fallo, las dos partes coincidían en que «estaba excluida del inventario de la sociedad de gananciales, porque su construcción fue posterior a su disolución».

Sin embargo y en un giro más a este caso, la disputa se reabrió en 2011 al determinarse que la propiedad era de los dos. El procedimiento para su reparto desemboco en una subasta, donde la adjudicación por 21.000 euros a Julián de esta finca tasada en 87.300 fue primero ratificada por una sentencia y posteriormente revocada, sin aclararse cuál será el siguiente paso.

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