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Compromís y PSPV, otra vez a la greña en la Marina Alta

Los valencianistas ven falta de contundencia con los alcaldes vacunados y reprochan a los socialistas sus «deslealtades» en Teulada, Benidoleig y Pego

Los alcaldes socialistas de El Verger y Els Poblets. | LEVANTE-EMV

Para salvar los encontronazos de Compromís y PSPV en la Marina Alta no se ha inventado la vacuna. La relación es ahora tan punzante como la aguja de una jeringuilla.

A los valencianistas no les basta con que el PSPV haya suspendido temporalmente de militancia a los alcaldes de El Verger y Els Poblets, Ximo Coll y Carolina Vives, a los que hace dos semanas se les inyectó en el centro de salud de El Verger la primera dosis de la vacuna de Pfizer. No les tocaba. Les llamaron porque sobraban dosis y se iban a perder, y allí que fueron. Un grave error, como poco.

Compromís vino a decir ayer en un comunicado que la suspensión de militancia es pura cosmética. Exigió al PSPV de la Marina Alta que obligue a los dos munícipes a dimitir. «Es necesario (podrían haber dicho higiénico, que es una palabra más de este tiempo) que abandonen las instituciones».

En El Verger y Els Poblets, los valencianistas han forzado junto al PP plenos extraordinarios para exigir la renuncia de los dos munícipes. Pero quieren comarcalizar el escándalo. Presentarán mociones en todos los pueblos de la Marina Alta para afear a Coll y Vives su «desvergüenza» y obligar a todos los concejales socialistas a tomar partido.

Compromís ha encontrado en las vacunas irregulares un filón. Además, insiste en la dimensión íntima de la metedura de pata de los dos alcaldes: «Es especialmente significativo que Coll decidiera saltarse el protocolo y, además, telefoneara a su mujer y alcaldesa de Els Poblets para que se desplazara al pueblo vecino a hacer lo mismo». Unidos por el sacramento (es un decir) del matrimonio y de la vacuna.

Los valencianistas aseguran, eso sí, que «no usarán la desvergüenza de dos personas para derribar gobiernos de izquierdas». En la Marina Alta, los tres pactos de progreso que aguantan son los de Ondara, Gata y Els Poblets. Los dos primeros son una balsa de aceite.

Pero Compromís sí aprovecha para exigir al PSPV «un cambio de rumbo». Y saca la lista de agravios. Reprocha a los socialistas las «deslealtades» de Teulada, Pego y Benidoleig. «En Teulada, han tumbado (los dos ediles del PSPV) el presupuesto de su propio gobierno; en Benidoleig, hemos tenido que denunciar la construcción de un chalé ilegal de una de sus concejalas; en Pego, nos pidieron firmar un acuerdo a favor de un campo de golf irregular...».

Así las cosas, Compromís y PSPV andan en la Marina Alta otra vez a la greña. El mundo ha cambiado con la pandemia. Pero los desencuentros de estos dos partidos permanecen.

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