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Águilas, caída de piedras y túneles estrechos: los escollos que salva el tren de la Marina

Las obras de la vía entre entre Teulada y Gata se acabarán en dos semanas y el tramo se reabrirá en el primer semestre del próximo año

Un convoy de pruebas pasa por el histórico puente de piedra de Gata, ahora rehabilitado. | LEVANTE-EMV

No era cambiar las vías y punto. Cuando el Consell cerró en julio de 2016 el tramo entre Calp y Dénia del centenario «trenet de la Marina» (la Línea 9 del TRAM), que era el único cordón ferroviario que unía a esta comarca con el mundo, ya se intuía que las obras de renovación iban para largo. La línea había sufrido un deterioro imparable. No era seguro subirse a un tren que atravesaba angostos túneles, laderas en las que se producían desprendimientos y viaductos que eran pura herrumbre.

Águilas, caída de piedras y túneles estrechos: los escollos que salva el tren de la Marina

Ahora las obras de la vía están a punto de acabar. El tramo de Calp a Teulada ya se reabrió a finales de julio del pasado año. Los trabajos entre Teulada y Gata de Gorgos (el ferrocarril atraviesa la escarpada Garganta de Gata) se terminarán en un par de semanas. Y los de Gata a Dénia también finalizarán en unos 15 días.

Eso sí, el servicio de pasajeros no puede recuperarse de un día para otro. El conseller de Política Territorial, Arcadi España, que ayer se subió a uno de los trenes de prueba entre Teulada y Gata, precisó que este tramo se reabrirá en el primer semestre del próximo año. Insistió en que los covoyes llegarán a Dénia en 2023. La entrada a esta ciudad se ha tranviarizado y hasta que no estén los nuevos viaductos del Quisi, en Benissa, el Mascarat, en Altea, y el de l’Algar no podrán incorporarse los nuevos trenes duales (diesel y eléctricos).

Es subido en el tren cuando se ve la magnitud de esta obra. El que ayer recorrió la Garganta ya no traqueteaba. Los cuatro túneles, antes estrechísimos (los convoyes pasaban a ras), se han ensanchado, reforzado y reperfilado. En este tramo de pura montaña, se han colocado redes para evitar que caigan piedras sobre la vía, lo que antes ocurría cuando llovía como llueve en la Marina (a mares). Además, se han creado pasillos al lado de la vía y se han ensanchado los túneles para que los pasajeros puedan salir si los trenes se averían. En el histórico puente de piedra de Gata, ahora rehabilitado (se ha colocado una barandilla idéntica a la de hace cien años), la anchura del tablero se ha ampliado de 3,9 a 7,5 metros.

El Consell ha invertido 15 millones de euros solo en este tramo de Teulada a Gata. Es abrupto y bello (a excepción del horrible mordisco de la cantera). Y tiene un gran valor natural e incluso ornitológico. Las obra se tuvieron que parar cuatro meses entre enero y abril ya que era la época de nidificación de las águilas perdiceras. Es un milagro que sigan haciendo aquí sus nidos cuando tienen en frente el polvo y el estrépito de la cantera.

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