Alfons Garcia, Valencia

La investigación arqueológica llevada a cabo en las tumbas descubiertas en la nave central de la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia ha permitido determinar que estas pertenecen a religiosos del siglo XVIII. Uno de ellas es, en concreto, la de un obispo cuya identidad intentan ahora descifrar los responsables eclesiásticos del templo.

Este diario informó el pasado 14 de febrero en exclusiva de la aparición de nueve tumbas durante los trabajos de restauración de la nave central de la Basílica. Pese a tratarse de unas zanjas de escasa profundidad en el suelo del edificio (en torno a 50 centímetros) y limitadas al perímetro del óvalo central -se ha puesto nuevo cableado eléctrico y preinstalación de aire acondicionado-, el informe preliminar de los arqueólogos detalla y amplía la información sobre este hallazgo.

Al final, se ha contabilizado un total de diez enterramientos en criptas individuales de ladrillo enlucidas con yeso. Todos, del siglo XVIII. Todos, dentro de ataúdes forrados con tela y decorados con una cruz central y clavos de bronce.

Los restos de las vestiduras son los que permiten deducir que se trata de clérigos, ya que han aparecido restos de albas, casullas y bonetes en el interior de las cajas. En algún caso, los esqueletos sujetan un crucifijo de madera en la mano derecha.

Los arqueólogos, que han trabajado con la supervisión de la dirección general de Patrimonio Cultural de la Generalitat, sólo han podido identificar dos de las inhumaciones, ya que estaban bajo sendas lápidas que indican nombre, cargo y año de muerte de los enterrados.

El hallazgo de mayor relevancia ha sido el de una tumba -situada en la parte de la nave central recayente a la plaza de la Virgen- perteneciente a un obispo. Los ropajes son los que han indicado la jerarquía del enterrado, ya que conservaba mitra, casulla y estola. Los responsables eclesiásticos del templo intentan ahora identificar al prelado mediante la consulta de los archivos episcopales.

La aparición de los restos de este obispo supone una sorpresa, puesto que sólo estaba constatada la presencia de la tumba del cardenal valenciano Juan Bautista Benlloch -fue arzobispo de Burgos-, enterrado en los pasados años 20.