El torero de El Puig Ángel Teresa Cortés fue despedido en la mañana de ayer por familiares, aficionados y amigos en Valencia, donde ha fallecido a los 80 años de edad. Teresa Cortés toreó como novillero durante los años cincuenta en diversas plazas de España, incluida la de Tetuán -todavía bajo el Protectorado español-, en el último festejo que se celebró en ese coso el día 23 de julio de 1955. En aquella plaza sufrió una grave cogida.

Teresa Cortés, que siempre se definió como torero -recordaban ayer sus allegados-, se dedicó profesionalmente a la agricultura, principalmente al cultivo y exportación de la naranja. Sin embargo, toda su vida se mantuvo apegado a la fiesta. "Pese a su avanzada edad, con 73 años llegó a colocarse delante de una becerra en la finca de Elche de la Sierra de Daniel Martínez. Nos sorprendía con una pasión increíble", comentaban ayer sus amigos más cercanos. El compromiso de este hombre con la tauromaquia llegó incluso a respaldar el lanzamiento de la carrera de algunos de los toreros valencianos más importantes.

Junto a los toros, la devoción por la Virgen del Rocío, donde tenía una casa, fue la otra gran pasión de Teresa Cortés. El empresario mantuvo sus aficiones hasta el final. Asistió a principios de mes a la corrida en honor de la Mare de Déu dels Desamparats, y hace unos días acudió a la última romería en Huelva.