«Hay un sentimiento que quiero compartir: estoy profundamente orgulloso de ser de este partido». Con esta declaración arrancó Ximo Puig, líder del PSPV, su intervención en la clausura de la convención, un discurso, como haría Sánchez, dedicado a levantar la moral a la tropa.

Con un escenario electoral de mayorías inciertas en la izquierda, Puig reclamó «salir a ganar», una victoria contundente: «No es suficiente con que pierda el PP, es imprescindible que gane el PSPV, si no, no habrá cambio de verdad».

De nuevo sobrevolando la Conferencia el fantasma de Podemos y la estrategia del PP de alimentar a fuerzas que restan al PSPV: «La derecha en la C. Valenciana sabe que ha perdido. Solo tiene un objetivo, que no gane el PSPV»,dijo Puig. «El seguro de vida del PP es la la atomización, la división y limitar al mínimo el éxito». Detener la sangría de votos hacia Podemos, Compromís y EU es «lo que hay que impedir», avisó a los suyos.

Puig critico la gestión del PP, a «los indecentes» que han gobernado en los últimos años, quienes han «machacado, vilipendiado el nombre de Comunitat y despilfarrado los recursos públicos». También cargó contra Rajoy: «Para él somos un activo tóxico; para el PSOE, somos un activo potente de cambio».

También reivindicó el trabajo durante los 20 años de oposición: «veinte años diguent no», como Raimon: «No a la corrupción desde el minuto cero, no a la liquidación de las cajas, al cierre de Canal 9, a la especulación, al copago, a la privatización de los hospitales».

Puig, como luego haría Sánchez, reivindicó la izquierda: «¿Cómo que no existe derecha e izquierda? El camino de la izquierda no solo no ha concluido, casi no ha empezado», dijo, al tiempo que alabó «la izquierda abierta, no excluyente, que suma para superar la desigualdad, que reforma para transformar, en contraste con una derecha que cree que la desigualdad es algo natural». Puig, aclamado al grito de presidente, reclamó «coraje» a los suyos, que sean «incansables» en su voluntad de ganar al PP.