La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, arropada por los tres dirigentes provinciales, se comprometió la semana pasada en una rueda de prensa a facilitar primarias en su partido para el próximo congreso regional. Bonig habló de «estirar» los estatutos si, finalmente, el cónclave valenciano tenía lugar de forma extraordinaria y se adelantaba al nacional. Las fechas no están claras porque todo está pendiente de las negociaciones en Madrid para formar Gobierno, pero la hipótesis de que el congreso valenciano se produzca antes del verano (al margen de la hoja de ruta de Génova) está encima de la mesa.
El problema es que los actuales estatutos regionales (emanados del nacional) no contemplan un proceso de elección de los órganos directivos con mecanismos de primarias. Las reglas internas que han regido en el pasado para los congresos dan todo el poder a los compromisarios que, previamente, son elegidos en la agrupaciones locales. El sistema se aleja mucho de la filosofía de un militante un voto, ya que en la práctica los delegados siempre han votado aleccionados. Además, además de los elegidos por las bases, hay un cupo importante de compromisarios natos, que se deben a la cúpula directiva.
Según ha podido saber este diario, el PPCV tiene ya en la cabeza como salvar este obstáculo. Tienen un precedente y será el argumento que utilizarán en el caso de que finalmente, el congreso regional se rija por las reglas antiguas. El precedente está en Baleares, en el congreso regional que supuso la reelección como líder del PP de Baleares al expresidente, José Ramón Bauzà. Los populares de Baleares lograron movilizar a un total de 7.970 militantes de los 22.201 afiliado. En concreto, los afiliados fueron a sus sedes locales a introducir una papeleta, doblada y sin sobre, por razones de ahorro.
El cónclave balear fue un éxito para Bauzà: logró el 94,58 por ciento del respaldo de sus seguidores; sólo unos 430 votaron en contra. Al congreso acudió como invitado estrella el expresidente Alberto Fabra.
Nueva etapa
El caso de Baleares ha sido analizado por los populares valencianos y, llegado el caso, será invocado para que Génova permita un congreso con mayor participación interna. Bonig fue en su día y durante el mandato de Alberto Fabra una de las primera líderes que habló de la necesidad de primarias para elegir a candidatos. La mecha del debate interno, sin embargo, no llegó a prender. Era otra etapa y el PP de Rajoy, ya en la Moncloa, siempre ha intentado abortar estas iniciativas. Con Baleares se hizo la vista gorda, si bien tras la debacle de las autonómicas se frenó los intentos de algunas comunidades, entre ellas la balear, para congresos extraordinarios con sistemas de primarias.
La delicada situación en la que se ha quedado el PP valenciano con el estallido de casos de corrupción y la propia debilidad de Génova, ha hecho que la dirección nacional haya abierto la mano para autorizar el cónclave valenciano.
La cuestión de las primarias será la próxima pelea de la organización valenciana. Sin entrar en analizar si se actúa por convicción o por necesidad, los populares valencianos y en concreto todos sus dirigentes (Bonig y los tres barones) son conscientes de que sólo podrán convencer de la regeneración si dan voz a las bases.
En las diferentes convenciones políticas celebradas por la direcciones provinciales tras el desastre de las elecciones del 25 de mayo, el asunto de la participación interna ha estado encima de la mesa. Las agrupaciones la reclaman. Bonig, José Císcar, Javier Moliner y Vicente Betoret, aspiran a seguir en lo más alto, pero sólo podrán tener éxito en sus liderazgos y acallar a los críticos si facilitan las candidaturas alternativas. Los candidatos sólo necesitan cien avales para presentarse, pero la clave es la igualdad de oportunidades en la pelea.
El plan A de Bonig
Con todo, el plan A del PPCV es más sencillo. Se activaría ante el escenario de que al final el congreso regional tenga lugar después del nacional. En este caso, la delegación valenciana tiene decidido presentar enmiendas a los estatutos para incorporar primarias, así como otras cuestiones, como las listas abiertas o la eliminación de los aforamientos. En esta batalla, los valencianos no están solos, ya que hay organizaciones regionales que también defienden acabar con el ordeno y mando.
