El Colegio de Arquitectos de Valencia se planta ante los concursos públicos que se aprovechan de la escasez de encargos para reventar plazos y presupuestos. El colectivo califica de "inmorales" y "temerarias" la muchas convocatorias para construir o rehabilitar centros públicos.

El Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia quiere hacer constar su alarma por la deriva que, en los últimos tiempos, afecta a los concursos públicos convocados por las diversas administraciones públicas para la construcción y rehabilitación de sus centros y edificaciones.

Los arquitectos valencianos y el órgano que los representa -el CTAV- siempre ha mantenido líneas de colaboración con las distintas administraciones para adecuarse a las condiciones del contexto económico en el diseño, la construcción o la gestión de nuevas infraestructuras, optimizando recursos y atendiendo los encargos desde la austeridad y la profesionalidad. Sin embargo ha llegado el momento de decir basta a los abusos que, desde las citadas administraciones, se perpetran sobre la profesión de los arquitectos y sobre los ciudadanos en general, auténticos paganos de las actitudes que denunciamos. Desde el CTAV calificamos de "temerarias" e "inmorales" las condiciones que -producto de concursos públicos con bajas y plazos inasumibles- con las que muchos arquitectos deben desarrollar los proyectos que se les adjudican. Producto de la escasez de encargos y de la competencia entre profesionales, algunas obras se acometen en condiciones "indecentes". Como ejemplo -aunque podríamos aportar muchos más- valga el siguiente, el Concurso de Proyecto Básico de reparación estructural de un edificio para uso de oficinas convocado por la Universitat de València.

El presupuesto de ejecución es de 6,45 millones de euros y 7,7 millones de euros de presupuesto base de licitación más IVA. Los Honorarios licitados ascienden a 59.000,00 euros y el tiempo propuesto de 40 días. Sin embargo, las propuestas presentadas han dado como resultado bajas sobre los honorarios licitados del 74,58% y bajas en el tiempo propuesto para la ejecución del proyecto del 92,50%. Es decir, que se realiza un proyecto con una repercusión en el coste de la obra del 0,19% y en 3 días.

A estos datos hay que añadir que los honorarios propuestos para el concurso de 59.000€ son ya un 47% más bajos que los recomendados por el propio órgano convocante para este tipo de proyecto y presupuesto de obra. De esta forma, y como viene siendo habitual en las administraciones publicas, se vuelve a convocar un concurso que separa el proyecto de la dirección de obra, lo que resulta negativo pues debe entenderse que toda obra constituye una unidad desde su fase proyectual, pasando por su ejecución y hasta su terminación.

Así, el CTAV quiere denunciar de nuevo el desacierto de la Administración, que confunde lo de ser garante de los recursos de todos con una especie de filosofía de lo "bueno, bonito y barato" entendiéndola de forma inmoral, aprovechándose de la escasez de trabajo y abusando de la temeridad en la gestión.

Para Mariano Bolant, presidente de los arquitectos valencianos, "las consecuencias son obras muy lejanas de los estándares de calidad exigibles en la esfera pública, proyectos que a corto, medio y largo plazo resultan deficientes, caros en su ejecución y caros en su mantenimiento. Porque la calidad y la seguridad son exigibles en los centros públicos, reclamamos con urgencia una Ley de Arquitectura, cuanto menos Autonómica, que defienda la arquitectura y la profesión como valores sociales".