El Gobierno socialista quiere derogar el articulado de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) que incluye en la programación de la oferta de plazas escolares la «demanda social» de las familias. Esto convertirá a la concertada en subsidiaria de las «necesidades de escolarización» de la enseñanza pública. ¿Le preocupa?

Sería un error enorme el pretender hacer la programación de la enseñanza de espaldas a la demanda social. Esto es como si un ayuntamiento estuviera construyendo pistas deportivas e hiciera muchas de las que no demanda la gente y muy pocas de las más solicitadas. Dirían que el programador no está bien de la cabeza, pues lo natural es que uno programe lo que la sociedad demanda no lo que a él le gusta. El servidor público debe servir al interés general, no a sus ideas.

¿Esta subsidiariedad respecto a la enseñanza pública puede acabar con la concertada?

En España ha habido hostilidad contra la concertada desde muchos sitios durante bastante tiempo y la verdad es que no han conseguido mucho, pues la realidad es que hay una demanda muy fuerte de las familias. Es una lástima que tanto esfuerzo político, que se debería de invertir en la mejora de la educación, se dedique a hostigar a gente que trabaja honestamente. El problema no solamente es el daño que se pueda hacer al sector de la enseñanza concertada, sino el trabajar de espaldas a los deseos de las familias, y, sobre todo, centrar el interés, la energía y los presupuestos en una batalla que no es la que ahora necesita la educación en España. Lo que requiere en estos momentos el sector es atención para detectar cuáles son los problemas que tiene la enseñanza pública y privada y buscarles remedio.

¿Es compatible la doble red pública y concertada?

Así es en toda Europa. Ahora mismo, salvo en Italia, no hay ningún país europeo que no tenga ayudas públicas a la enseñanza privada. Todo el mundo occidental, en Europa en particular, entiende que la única forma de que la enseñanza sea plural y de que se viva en democracia es que haya pluralidad en los operadores que trabajan en educación. Una pluralidad que debe de estar financiada por la Administración, porque si no solo sería para los ricos. Mires donde mires, por supuesto en los países nórdicos, todos tienen financiación a la educación privada y, en casi todos los casos, mucho más generosa que la nuestra. Simplemente es cuestión de ver cómo resuelven los problemas de pluralidad educativa en nuestro entorno y darse cuenta de que este hostigamiento a la concertada no tiene sentido.

¿Dicho hostigamiento está impidiendo crecer a la concertada?

Ahora mismo la enseñanza concertada y la pública están en un equilibrio muy estable desde hace 30 años en toda España. Sin embargo, hay quien está tratando de que se vea un problema donde no lo hay. La situación es de equilibrio natural en el que la gente elige el modelo de colegio que quiere. Por ello me pregunto el porqué de este empeño en disminuir la enseñanza concertada cuando, por ejemplo, la primera Ley orgánica de educación socialista, la LODE de 1985, en su artículo cuatro habla del derecho de las familias a escoger un centro educativo distinto de los promovidos por los poderes públicos. Es decir, reconoce el derecho a que una familia elija otro centro y que este esté financiado. Pero, hay ahora un pequeño movimiento en este país que tiene la idea de reducir la concertada, lo que en definitiva es una forma de nacionalizar la enseñanza. Esto supone pensar que un servicio de interés público solo lo pueden prestar las empresas públicas, como pasaba en el franquismo con los monopolios.

¿Qué balance hace de la política educativa del Botànic?

Han sido unos años difíciles y no perdemos la esperanza de que este gobierno de la Generalitat entienda que la enseñanza concertada no es ningún enemigo a batir. Lo que hace falta es que vean la enseñanza como algo en lo que todos tenemos que colaborar para mejorarla. No digo que nos estén tratando como a enemigos, pero hay muchos gestos y decisiones que realmente nos parecen muy desacertadas.