Un año después de que la Fiscalía de Menores de València elaborara un pormenorizado informe con las anomalías detectadas en el centro la Foia de Buñol, y que derivó en un requerimiento a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas para que las subsanara en el plazo de un mes, la situación en dicho centro de recepción es todavía más crítica, como así se desprende tras una nueva inspección sorpresa realizada por dos responsables de la Fiscalía el pasado octubre.

La masificación ha llegado hasta tal punto que estas últimas semanas se ha superado la cifra de 80 internos (84 según los datos recabados por Levante-EMV), casi el triple de su capacidad, fijada en 30 plazas.

Dado este colapso y la ausencia de espacio y camas para todos, muchos niños están durmiendo en colchones tirados en el suelo, tanto en las habitaciones como en un recibidor donde llegaron a pasar la noche una decena de adolescentes. Fuentes consultadas por este periódico remarcan que la falta de recursos mínimos como mantas, toallas y ropa de abrigo, unido al hecho de dormir prácticamente a ras de suelo, está provocando que algunos de ellos hayan enfermado.

El informe de la Fiscalía de Menores se muestra especialmente duro con la dirección del centro después de ver con sus propios ojos la situación caótica en la que se encuentra la Foia de Buñol. «Del resultado de la inspección se desprende el clamoroso incumplimiento tanto de la legislación vigente en materia de centros de protección», asimismo tampoco se han tenido en consideración las recomendaciones efectuadas por el Síndic, en septiembre de 2017, y del informe de la Inspección General de Servicios de la Conselleria de Transparencia, el pasado julio.

Incluso se están vulnerando algunas medidas de seguridad básicas en caso de prevención de incendios. De hecho, durante la citada inspección las fiscales comprobaron que ninguno de los cinco extintores estaban colocados en los lugares habilitados para ello, estando escondidos tres de ellos en la cocina y dos en un pasillo bajo llave. Además reflejan en el informe que hay informes incompletos y caos administrativo.

El pasado lunes dos responsables de la Dirección General de Infancia y Adolescencia y de la Dirección Territorial de València visitaron las instalaciones. Según fuentes de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, no se trató de una inspección y estas visitas «se enmarcan en la puesta en marcha del nuevo modelo de acogimiento que, junto a la labor inspectora, incluía una instrucción para realizar visitas anuales a todos los centros de la provincia y así mantener una labor de coordinación entre las distintas instancias».

Respecto a la situación de sobreocupación del citado centro, fuentes de la conselleria alegan que «en algún momento ha tenido una ocupación superior a las 40 plazas para las que tiene capacidad, a pesar de los esfuerzos de la Dirección General de Infancia y Adolescencia por mantener la ocupación prevista».

Aunque la estancia de los menores en estos centros de recepción tiene un límite de 45 días, no se están cumpliendo estos plazos y el regreso de muchos de ellos que fueron trasladados a campamentos el pasado verano (125 distribuidos entre Murcia, Alicante y Teruel) ha provocado el colapso.