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Tras las elecciones andaluzas

El Botànic asume la amenaza ultra al ver peligrar la ventaja con la derecha

La irrupción de Vox en Andalucía modifica el panorama valenciano y aniquila el sosiego de la izquierda ante el 26M - Las alternativas del PSPV de pactar con Compromís o Cs desaparecen con un nuevo actor - Puig reúne de urgencia a su cúpula

La calculadora ha empezado a funcionar en los partidos del Botànic. La irrupción de Vox en Andalucía modifica drásticamente el panorama preelectoral valenciano y devuelve a la izquierda casi a la casilla de salida. Todas las encuestas de los últimas semanas consolidaban al bloque de izquierdas. Sin embargo, tras el cataclismo andaluz, un viento frío de desconfianza recorre las direcciones de los partidos de izquierda. La impresión dominante es que el paisaje que dibujaban esos sondeos ya no es real. Se ha diluido.

El PSPV reunió ayer a su cúpula. Ximo Puig convocó de urgencia en un restaurante de València a la dirección. El gran riesgo, asumen, son los gobiernos de coalición de grandes municipios, donde el margen es escaso. Pero, el Botànic que hasta ahora contaba con una mayor holgura, ya no estaría exento de riesgo, admiten dirigentes socialistas y de Compromís.

La irrupción de Vox amplía el bloque de derechas y reduce la distancia, admiten varias fuentes. Con todo, se considera que un porcentaje nada residual de voto a Vox en Andalucía le llega directamente de exvotantes del PSOE andaluz, algo que no creen que pueda producirse en la Comunitat Valenciana.

Las condiciones del Gobierno valenciano tampoco son las del de Susana Díaz. No se ve lastrado por el desgaste de 40 años en el poder, ni cuenta con un poderoso caso de presunta corrupción en los juzgados (el de los ERE), y tampoco sufre el factor disuasorio de la tensión entre los partidos de izquierda, reflexionan.

Con todo, el PSPV, como previsible partido mayoritario en las próximas autonómicas, sería el principal perjudicado por la entrada de la extrema derecha en las Corts por simple matemática electoral. El horizonte de 30 diputados que ofrecían algunas encuestas se ve hoy lejano. Y la percepción, tras el domingo, es que, como el PSPV, Compromís y Podemos tendrán difícil mantener sus actuales 19 y 13 diputados

Así, el margen entre bloques (derecha-izquierda) se ajusta. Lo que parece debate consumido ya, como publicó ayer este diario, es el adelanto electoral. Quedan voces de peso en el PSPV que defienden una opción «arriesgada» en tanto que ahora, razonan, la movilización del electorado progresista es más sencilla, pero la mayoría considera que se ha comprobado el riesgo de la alta abstención.

Además, la tensión por el flanco del valenciano en las escuelas y la educación, donde la derecha más radical se siente cómoda, sería fácil. De hecho, el mensaje que se lanza del PSPV al socio Compromís es de moderación en los próximos meses preelectorales.

Lo que también desaparece son las alternativas que tenía el PSPV de pactar con Compromís o mirar a Ciudadanos e incluso de prescindir de Podemos, como apuntaba alguna encuesta. Todo eso se esfuma. La única opción de la izquierda para resistir es reeditar el Pacte del Botànic ya que se da por seguro que en caso de que se produzca una situación como en Andalucía, los tres partidos de derechas pactarían.

De hecho hay quien ve mimetismo en la situación actual de Andalucía y valenciana de 2015 donde el partido hegemónico se desmoronó y una alianza de tres partidos le arrebató el poder, el pacto «de perdedores» al que aspira ahora el PP andaluz.

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