Las sirenas nacieron de la mitología clásica y el cine las ha convertido casi en figuras de carne y hueso. Cada generación ha tenido su sirena propia. Si en los 80 fue Daryl Hannah quien cautivó el corazón de Tom Hanks y de otros millones de fans, en los 90 Disney embelesó a niñas de medio mundo con Ariel. Ahora la serie Siren vuelve a poner de moda a este fantástico ser, con cuerpo de mujer y cola de pez.
Y de la gran pantalla, a la vida real. El furor por las sirenas se ha colado en playas y piscinas. Una moda que nació en EE UU y Australia y que desde hace un par de años comienza a despuntar en zonas de costa, como la valenciana donde están surgiendo las primeras «escuelas de sirenas y tritones» en hoteles y parques de agua. Pero, ¿qué se siente al nadar como uno de estos seres mitológicos? Gemma Pantoja lo tiene muy claro. «Es como si bailaras debajo del agua, como una coreografía dentro del agua». Esta joven de 28 años, instructora de danza aérea, no recuerda desde cuándo le atraen las sirenas. «La película de Disney me marcó, desde siempre quise ponerme una cola y nadar».
Hasta 3.000 euros
En su casa tiene varias colas de sirena profesionales, -las más caras pueden llegar a costar 3.000 euros-, con las que nada en el mar o en la piscina. Una técnica que requiere de cierta habilidad para poder manejarse en el agua con las piernas inmovilizadas por la cola. «Tienes que impulsarte con el cuerpo y los brazos, por lo que es un ejercicio muy completo. Además haces un trabajo pulmonar enorme, ya que la cola pesa bastante». Con la práctica Pantoja ha aprendido a hacer acrobacias, volteretas y espirales. «Es muy divertido», señala esta joven.
En hoteles y parques de agua de Alicante han comenzado a abrir las primeras «escuelas de sirenas y tritones», como la de Aqua Natura, en Benidorm, en las que monitorias especialistas en natación sincronizada y artística enseñan a los participantes a nadar con la cola. El plato fuerte llega cuando los pequeños se pueden pintar y adornarse como estos seres de leyenda.
El perfil es de lo más variado. «Vienen desde niños muy pequeños incluso bebés que se visten de sirenas con sus madres o padres, pasando por grupos de amigas hasta despedidas de soltera que quieren pasar un rato diferente», señalan desde el parque acuático. Los chicos también se sienten atraídos «por aprender a nadar como un delfín» y como toda moda que se precie, «youtubers e influencers contactan con nosotros para venir a realizar la actividad».
En internet, la venta de colas de sirena se ha disparado y no es raro ver a las niñas en las urbanizaciones nadando con ellas. Una práctica que los socorristas e instructores de natación aconsejan que siempre esté vigilada por un adulto.
