Los tres proyectos rescatados del baúl de los recuerdos para analizar si es posible resucitarlos mediante la colaboración público-privada son actuaciones promovidas durante la etapa del PP en la Generalitat que no cuajaron. El más veterano es el del tren de la costa reivindicado desde los años 70 en las comarcas de la Safor y la Marina. En marzo de 2007 el entonces conseller de Infraestructuras, José Ramón García Antón, anunció que retomaba la línea ferroviaria Gandia a Dénia, pero lo extendía hasta Alicante: 115,08 km de nuevo trazado para alta velocidad (220 km/h). Desde entonces sus sucesores Mario Flores e Isabel Bonig presentaron estudios de planeamiento y de demanda e impulsaron la reserva de suelo para poder ejecutar esta infraestructura sobre la que el Ministerio de Fomento echó un jarro de agua fría en 2017 al considerarlo poco rentable. El protocolo del tren de la costa de octubre de 2011 preveía financiación estatal (560 millones), autonómica (531) y privada (231 millones). La CV-95 fue uno de las autovías a construir mediante el peaje en sombra (la constructora adelanta el dinero y cobra por cada usuario), aunque el proyecto se rescindió en 2012. Las contratistas (Cyes, Luis Batalla, Rover Alcisa, y Torrescámara) recurrieron y el TSJCV obligó a la Generalitat a indemnizarlas con 9,5 millones.

Sociópolis fue un proyecto del exconseller de Territorio, Rafael Blasco, que arrancó en 2006 con 2.800 viviendas en 18 torres previstas, de las que sólo se ha iniciado la mitad.