Estar confinado en casa para hacer la cuarentena puede llegar a ser reconfortante para personas que habitualmente pasan poco tiempo con los suyos. Sin embargo, la realidad en muchos casos es otra, ya que es mucha la gente que vive sola. El colectivo más vulnerable es el de la tercera edad.
Por ello, el Ayuntamiento de Potries, a través de la Concejalía de Igualdad y Políticas Inclusivas y del Consell de la Igualtat ha habilitado un teléfono al que pueden llamar todas aquellas personas que necesiten algún tipo de atención o, simplemente, hablar. No se trata de cuestiones administrativas, sino de hacer acompañamiento en momentos complicados. Un total de diez voluntarias, vecinas de Potries y de entre 25 y 60 años, son las encargadas de atender las llamadas. Según explica la concejala, Rosa Canet, que es una de ellas. Cada una, en su franja horaria correspondiente, responde desde su casa. El número es un fijo cedido por una de ellas que se desvía a la vivienda de cada voluntaria. «Entre nosotras hay psicólogas, médicos o maestras», explica la edila.
Para poder realizar una atención homogénea, el grupo ha creado una guía en la que se recogen unas pautas. «El objetivo no es solucionar problemas sino ayudar a personas que no tienen a nadie y se encuentran ante una situación de angustia y temor». La guía recoge cuestiones éticas que propone la OMS como respetar la confidencialidad o ponerse en el lugar del otro. También recoge cuestiones de comunicación como hablar despacio, escuchar a la otra ersona, no juzgar lo que siente, presentarse, preguntarle el nombre o dar recomendaciones para hacerles sentir mejor.
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