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Un gimnasio en la azotea

Un centro de crossfit de València logra abrir en la fase 1 al habilitar las instalaciones en su terraza

Un gimnasio en la azotea

La mayoría de gimnasios no podrá abrir sus puertas hasta la fase 3, pero algunos centros deportivos ya han empezado a plantar cara al virus tirando de imaginación y recursos. Es el caso del centro Crossfit Grau en València, que ha habilitado la terraza de sus instalaciones para retomar la actividad, pero con restricciones.

No es la primera vez que este centro deportivo, ubicado en la calle Joan Verdeguer, habilita sus instalaciones para reforzar los entrenamientos al aire libre. Pero por primera vez todo el gimnasio se traslada prácticamente a la azotea para abrir ya sus puertas.

Son clases individuales y con cita previa en grupos de ocho personas, pues las rutinas no implican ningún contacto físico ni el uso de los vestuarios. Desde este lunes la azotea del centro se ha convertido en uno de los primeros gimnasios al aire libre de la Comunitat Valenciana que abre sus instalaciones tras dos meses de cuarentena.

«Los clientes han respondido bien y llegan muy emocionados. Esta crisis sanitaria ha servido para que la gente valore la importancia de llevar una vida sana y cuidarse», explica al periódico Levante-EMV Robert Dallakian, propietario de Crossfit Grau.

La industria del fitness en España se volvió virtual durante el confinamiento por la emergencia sanitaria del coronavirus. La crisis económica ha golpeado con fuerzas a los gimnasios por el cierre de estos meses y las dificultades para cumplir con las medidas de seguridad del Ministerio de Sanidad.

En solitario y con cita previa

En la fase 1 se puede acudir a instalaciones y centros deportivos cerrados como son los gimnasios, pero en solitario y con cita previa. Solo se permite el 30 % del aforo y garantizando las distancias de seguridad. No se pueden utilizar bajo ningún concepto los vestuarios y las duchas.

En esta etapa también se abren las instalaciones públicas y privadas al aire libre «solo para la práctica deportiva de manera individual, manteniendo la distancia social de seguridad recomendada de 2 metros, sin contacto y con cita previa». Unas condiciones que la mayoría de gimnasios reconoce que no puede cumplir. Pero el sector no se rinde y quiere convertir esta crisis en oportunidades para reivindicar la importancia de llevar una vida saludable. «Si el 10 % de las personas que han empezado a hacer deporte en casa durante el confinamiento, o han salido a correr o pasear tras la cuarentena mantuviera estos hábitos, nuestro sector podría salir reforzado de esta situación», razonan sus responsables.

Robert Dallakian es de origen armenio pero lleva más de 20 años en València. En 2013, en plena recesión económica, se arriesgó y puso en marcha el gimnasio. La inversión le salió bien. Está especializado en crossfit, un método que practica diferentes movimientos funcionales a alta intensidad en periodos cortos de tiempo. Ahora su centro deportivo se ha convertido en uno de los primeros en levantar la persiana.

«La terraza tiene 100 metros y hay espacio suficiente para garantizar la distancia social de dos metros. Hemos puesto las marcas en el suelo y, después de cada entrenamiento, limpiamos el material y la azotea. Cuidamos la salud de nuestros clientes, ese es nuestro principal objetivo», añade Dallakian.

Las plazas son muy limitadas y no se aceptan nuevas altas hasta que la C. Valenciana pase todas la fases. La mayoría de gimnasios, por las características de los centros, seguirán cerrados.

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