Los pactos de reconstrucción suscritos por todas las fuerzas del arco parlamentario valenciano (salvo Vox) serán el eje sobre el que pivotará el discurso de inicio de curso político que el president de la Generalitat, Ximo Puig, prepara con vistas al debate de Política General de la próxima semana. El jefe del Consell desgranará la Estrategia Valenciana de Recuperación como el documento que ha de guiar el diseño de los próximos presupuestos y la acción del gobierno autonómico a corto, medio y largo plazo, insistiendo en la necesidad de «profundizar» en un marco de unidad, diálogo y acuerdos «clave» con la oposición para afrontar los retos que se abren con la crisis provocada por la pandemia. Una declaración de intenciones que contrasta con las manifestaciones deslizadas en los últimos días por los socios de gobierno del PSPV, partidarios de anteponer el acuerdo de legislatura que alumbró el Botànic II a los pactos de reconstrucción, rebajados la semana pasada por el síndic de Compromís, Fran Ferri, a la categoría de «complemento» de los presupuestos porque, según éste, algunas medidas incluidas pueden quedar «desfasadas». En términos similares se han expresado desde Unides Podem. Para los morados, han de priorizarse unas cuentas «botánicas», lo que implica una negativa a negociar los presupuestos con Ciudadanos sin antes tener cerrado un acuerdo entre los partidos que conforman el Consell.
La formación no está dispuesta a ceder en este punto, como tampoco Compromís. Por otra parte, a falta de la respuesta del PSPV, Unides Podem ha cerrado con la coalición valencianista la fecha en la que -previsiblemente- se celebrará la próxima mesa de seguimiento del Botànic: el 30 de septiembre en la sede de los morados, que quieren constituir cuatro grupos de trabajo para dejar claras las prioridades políticas de los presupuestos de 2021. En la formación que lidera Pilar Lima sostienen que no han renunciado a impulsar reformas en la fiscalidad, mientras centran su estrategia en desatascar la reversión de servicios privatizados como el hospital de Torrevieja, una cuestión no exenta de tensiones con algunos sectores socialistas. ¿Puede (y debe) el Gobierno del Botànic diseñar un presupuesto de 2021 «expansivo»? Es uno de los debates calientes cuando se acerca el otoño. Ya lo fue el año pasado, ante la falta de un Gobierno estable en España que marcara un cuadro macroeconómico fiable. El contexto ahora lo dicta la emergencia sanitaria, que impone necesidades de gasto extraordinarias y ha supuesto una merma importante de los ingresos por el parón de la actividad económica.
Un círculo difícil de cuadrar. A este panorama se une que el Gobierno de España todavía no ha aprobado los ingresos del sistema de financiación autonómica ni la senda de déficit y gasto para el año próximo: debe salir del próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera, previsto para final de mes, pero sin fecha fija aún. Así, la Conselleria de Hacienda ha empezado a diseñar las cuentas valencianas de 2021 sobre el presupuesto liquidado de 2019 y aplicándole la regla de gasto de este ejercicio (2,9 %). En todo caso, fuentes del departamento de Vicent Soler advierten que la inyección potente en las cuentas del año próximo deben ser los fondos europeos para la reconstrucción (el programa Next Generation). La cantidad que pueda ingresar la Generalitat de la UE por esta vía depende de la calidad de los proyectos que presente. No se conocerá, ni mucho menos, antes del 31 de octubre, fecha máxima para que el proyecto de presupuestos esté en las Corts. Hacienda sí espera esa cifra durante el primer trimestre de 2021. La estrategia es realizar entonces las generaciones de crédito correspondientes. Es decir, que el presupuesto de ingresos final de 2021 debería ser bastante más elevado del que se tramite en diciembre en las Corts. Eso es lo que espera el Consell para unas cuentas visiblemente expansivas. El discurso de los tres socios del Ejecutivo es favorable a la expansión presupuestaria. «Seguro que lo son», afirma el síndic socialista, Manolo Mata, que recuerda que está también el fondo covid del Gobierno (1.450 millones para la C. Valenciana), con ingresos previstos para 2021. «Existe cierto consenso», apostilla Ferran Martínez (Unides Podem). «Se trata de aplicar políticas keynesianas clásicas, eficaces en crisis anteriores», agrega. «En un momento como el actual necesitamos unos presupuestos que expandan derechos y fortalezcan servicios públicos», señala Fran Ferri (Compromís). Donde hay alguna disensión sí es en las vías para aumentar ingresos.
