Sole, Ishmael y sus cuatro hijos de 14, 11, 9 y 7 años viven con el terror en el cuerpo. Ahora, dentro de dos horas, de dos días o de dos minutos, la policía y el cerrajero pueden irrumpir en su casa, reventarles la puerta, y dejarlos en la calle. Sin avisar. Llevan días sin dormir.

Es lo que le pasó a Carmen, una anciana de 87 años enferma que vivía sola en València, y que no debía ni una cuota de su alquiler. La presión de la PAH en la puerta paralizó su desahucio el pasado día 3 de noviembre y la comisión judicial lo dio por suspendido... Pero sin firmar ningún papel. Dos días después la policía y el cerrajero le reventaron la puerta a Carmen y le cambiaron el bombín aprovechando que no estaba en casa. Se ha quedado sin nada.

Este proceso se llama "desahucio en abierto" y genera dudas sobre su legalidad entre activistas por la vivienda y abogados. Este lunes la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) se ha concentrado a las puertas de la Ciudad de la Justicia de València para denunciar la proliferación de lanzamientos de este tipo. "La comisión judicial últimamente no se acerca si estamos nosotros. Directamente pasa de largo, pero no se digna a cerrar el acta como que se ha suspendido el desahucio para poner una nueva fecha. Nos miente y nos dice que se ha suspendido, pero no hay nada firmado, y así ocurrió el caso de Carmen", denuncia Delfina Sánchez, portavoz de la PAH.

Según denuncia la plataforma, el servicio común de notificaciones del juzgado se niega a firmar el acta y ya han comunicado a Sole que su desahucio está en abierto. "Pueden venir cualquier día de la semana a cualquier hora, no podemos permitir que que ocurra esto en una casa con cuatro chiquillos", denuncia Sánchez. La PAH está cerrando reuniones urgentes para hoy mismo con Conselleria de Vivienda y la Concejalía de Bienestar y Derechos Sociales.

La afectada firma la carta entregada al Servicio Común de Notificaciones del juzgado. G.Sánchez

Sole lleva días sin pegar ojo. Su pareja, Ishmael, no ha acudido a la concentración porque en todo momento necesitan tener alguien en casa, por si vienen a desahuciarlos. Cuenta que está de los nervios "no sé qué nos puede pasar ¿Vendrán un día para abrirnos la puerta?", lamenta. En su caso, pese a contar con un informe de especial vulnerabilidad, cuatro niños en casa, y ser su piso propiedad del fondo de inversión Promontoria Coliseum (propiedad al 80 % de Cerberus) el juez ha decidido seguir adelante con el lanzamiento.

En su casa ahora mismo solo entra la Renta Valenciana de Inclusión, con la que podían hacerse cargo de su antiguo alquiler. Pero el dueño perdió el piso y pasó a manos de un fondo de inversión, que los quiere fuera y se niega, ni siquiera, a darles una cuenta de banco donde ingresar el alquiler. Se enteró hace dos semanas por una carta. Los alquileres prohibitivos de València les impiden irse a ningún sitio, no tienen ninguna alternativa. "Hemos estado mirando y te piden un contrato fijo y varias nóminas, y no cualquier nómina normal ¿De dónde saco yo eso?", denuncia.

Interpretación judicial

Los desahucios de fecha abierta son una modalidad poco antes vista en València y que plantea dudas sobre su legalidad. La PAH denuncia que "no están contemplados dentro de la Ley de Enjuiciamiento Civil", pero la realidad es todavía compleja y se trata, más bien, de una interpretación judicial.

Nacho Collado, abogado experto en derecho a la Vivienda de la cooperativa El Rogle y trabajador de la Oficina por el derecho a la Vivienda del ayuntamiento de València explica que "la ley dice claramente que el juzgado tiene que dar la fecha y hora exacta del desahucio". Pero aquí entra la interpretación de las partes.

Barcelona es una de las grandes ciudades de España donde habían empezado a verse este tipo de lanzamientos. "Allí lo que te notifican es 'en estos cinco días vamos a venir a desahuciarte' y se interpreta, de alguna manera, que están dando fecha y hora. Para evitar voluntades externas que impidan la ejecución de la voluntad judicial se hace la fecha más larga", cuenta Collado.

En València el proceso es distinto. "La comisión judicial te dice 'yo he ido en fecha y hora, pero hay algo que me lo ha impedido así que no cierro el acta'", lo que, según interpreta la parte, le habilita para venir en el futuro, según explica el abogado.

"Esto es cuestión de interpretaciones jurídicas. La nuestra es que estas prácticas chocan frontalmente con el derecho a la intimidad de la persona, y que es necesario, como dice la ley, saber la fecha y hora exacta de la actuación, porque de otra manera el choque para la intimidad de la persona es brutal", opina Collado. La interpretación de la otra parte es la siguiente "tenemos que garantizar el cumplimiento de la voluntad judicial".

¿Cuál es la interpretación buena? Collado apuesta por ir a un procedimiento "que un juez se pronuncie sobre este tema para generar jurisprudencia", y añade que "no está tan clara la prevaricación en este asunto".

Desde Consellería de Vivienda han confirmado una reunión con la PAH a las 13:30 para tratar este asunto, y aseguran que están al tanto de la situación y han asesorado estos casos durante el fin de semana.

Con procedimiento o sin él Sole sigue con la angustia en el cuerpo. Vive en una carrera contrarreloj de papeleo para intentar acceder a cualquier recurso público. No sabe cuánto tiempo le puede quedar en su casa con sus niños. "Es un sinvivir", lamenta.