La grave crisis que atraviesa el PP a cuenta del enfrentamiento entre Pablo Casado y la madrileña Isabel Díaz Ayuso se ha convertido de rebote en la primera crisis de calado para Carlos Mazón, presidente del PP valenciano tras ser ungido por Génova como sucesor de Isabel Bonig.

La organización valenciana intenta aparentar que esta batalla tiene su epicentro en la capital y que no les afecta ni les rompe su estrategia de acoso y derribo al Botànic, pero el trance es de tal magnitud que nadie, tampoco Mazón, queda al margen.

De hecho, el presidente del PPCV y jefe de la Diputación de Alicante fue de los primeros dirigentes regionales que el jueves, en medio de la tormenta, se posicionó a través de un tuit a favor de Casado. Aunque lo previsible es que lo hiciera (Mazón tiene un estrecha relación con el número dos del PP, Teodoro García Egea) no todos sus homólogos han reaccionado de la misma manera.

De hecho, la tarde de ayer, Mazón reunió a su comité de dirección y, al comparecer ante los medios de comunicación, trató de ser más comedido en sus declaraciones. Eso sí, dejó claro que "confía en la capacidad de Casado en resolver la crisis" y mantuvo que su liderazgo no está en cuestión.

Génova pidió apoyos el jueves, pero la respuesta ha sido variada. De hecho, la mayoría de barones con responsabilidades de gobierno han evitado cerrar filas con Casado y han jugado a la neutralidad o incluso han sido críticos.

Solo el murciano López Miras, también íntimo de Egea, ha salido en defensa de la dirección nacional. También lo ha hecho el presidente del PP de Aragón, Jorge Azcón, que al igual que Mazón, debe su cargo a Casado. Sea como fuere, y con el posible horizonte de un congreso nacional, Mazón ha optado por unir su suerte con la de Casado justo en un momento de mucha incertidumbres sobre el propio futuro de la actual dirección nacional. Por lo pronto, Egea, su gran valedor, está en el punto de mira. Para algunos dirigentes su marcha podría una posible salida a a esta crisis.

Teodoro García Egea es el principal valedor de Mazón, que sucedió a Bonig gracias a su apoyo

Pero además, la decisión de Mazón, de alguna manera, lo distancia del sentir de buena parte de la militancia que parece tener debilidad por Ayuso. Si el termómetro fueran las redes sociales, el tuit de apoyo de Mazón ha derivado en cientos de comentarios críticos, muchos de ellos, vertidos por simpatizantes del PP, que creen que la dirigente madrileña es un valor seguro.

Mazón, además, aunque acaba de ganar por goleada un congreso regional, todavía es un líder en construcción, no sólo desde el punto de vista de la proyección externa, sino de cara a su propia afiliación. Ese trabajo de conquista, municipio por municipio, está inconcluso en Castelló y València. Incluso, como contó este diario, la cuenta 'oficial' de fans de Mazón (los 'mazoners') han enmendado la plana a su líder, en este caso, cuestionando que Génova mantuviera en secreto las supuestas irregularidades de la presidenta de Madrid.

Fuera del mundo virtual, muchas voces del PPCV admiten que lo que se palpa en las sedes es un gran desconcierto, pero también la sensación de que se está dinamitando a una de las dirigentes con más tirón. Existe un convencimiento generalizado de que la crisis sólo traerá beneficios con Vox, un partido que, admiten, está ganando terreno en determinados enclaves de la Comunitat Valenciana como es la capital y el sur de Alicante. Quizás también, consciente de este malestar, en su comparecencia de ayer Mazón reconoció que el partido está triste y vive lo ocurrido con desconcierto, al tiempo que lanzó un mensaje de solidaridad con la militancia. "También nosotros somos afiliados", sostuvo.

Maria José Catalá y Luis Martínez Almeida, en su reunión de hoy

Otros cargos del PPCV apuntan que un hipotético congreso extraordinario (cómo ha apuntado el gallego Alberto Núñez Feijóo) embarcaría al PP en una inoportuna división junto cuando el ciclo electoral les era favorable.

En todo caso, en el PPCV todavía tienen muy reciente el congreso de hace cuatro años (julio de 2018) cuando el PP tuvo que elegir en primerias entre Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado (tras la retirada de Cospedal). Bonig dijo que sería neutral, pero toda su cúpula regional batalló abiertamente a favor de Sáenz de Santamaría. Estuvieron en el bando perdedor y ese fue el origen de la defenestración de Bonig.

La mayoría de barones con responsabilidades de gobierno han evitado cerrar filas con Casado

Muchos en el PP, algunos todavía activos y con cargos de responsabilidad (léase la secretaria general, Maria José Catalá), tienen muy vivo ese recuerdo y, sobre todo, cómo apostar por un bando dentro de una guerra puede condicionar el futuro político. Y de ahí también el silencio de muchos diputados y diputadas o la contención de otros, como es el caso de la propia Catalá, que puso un comedido tuit entrada la tarde del jueves en el que, sin entrar en la polémica, se destacaba que Casado sería el presidente de España.

Ayer, su agenda, casualmente, la llevo a un encuentro con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, para potenciar el eje Madrid-València y crear "sinergias" entre ambos ayuntamientos. El papel del Ayuntamiento de Madrid en el presunto espionaje a Ayuso ha puesto también a Almeida en el centro del huracán. De este asunto, con todo, no hubo referencia alguna en la nota de prensa enviada por el PP.