La extrema debilidad del presidente del PP, Pablo Casado, ha llevado ya a la cúpula regional a intentar resituarse ante un nuevo escenario abocado a la renovación total en Génova. Si el jueves y el viernes (aunque con menor entusiasmo), el presidente del PPCV, Carlos Mazón, se mantenía todavía alineado con Pablo Casado y su número dos, Teodoro García Egea, las últimas 72 horas han sido claves para hacerle ver que es el momento de saltar del barco y tratar de desprenderse de lo que ha acabado convirtiéndose en un lastre en toda regla.

El estrecho vínculo de Mazón con el número dos del PP, Teodoro García Egea, y la total sintonía del dirigente valenciano con Casado otorgó al jefe de la Diputación de Alicante el pasaporte a la presidencia del PPCV, pero ahora este apadrinamiento lejos de sumar, resta.

Los principales dirigentes del PPCV han optado, bien por el silencio, bien por llamamientos al diálogo y al consenso

Tanto a Mazón, que desplazó hace menos de cinco meses a Isabel Bonig de la presidencia del partido, como su secretaria general y portavoz del PP, María José Catalá, son conscientes de que tienen que resituarse y que lo más prudente es desligarse de los actuales moradores de los despachos de Génova y refugiarse en sus respectivas agendas, "encapsularse", apuntan fuentes del PPCV.

Así las cosas, los principales dirigentes del PPCV han optado, bien por el silencio, bien por llamamientos al diálogo y al consenso. Catalá, se centró en su agenda en el Ayuntamiento de València; mientras que Mazón, con actos en Alicante, habló para pedir diálogo y unidad en su partido. Esta será la tónica, afirman.

Eso sí, no quiso pronunciarse sobre las posibles dimisiones de Casado y Egea y se ciñó al guion: "Es el momento de que todos pongan lo mejor de sí mismos para que, con diálogo y generosidad, podamos resolver esta situación lo antes posible", ha dicho el presidente valenciano que desde que el jueves se posicionara a través de un tuit a favor de Casado en la guerra abierta con la presidenta del PP de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha ido modulando sus declaraciones.

Durante la comparecencia ante los medios el viernes por la tarde tras reunión su consejo de dirección, Mazón mantuvo su confianza en Casado para resolver la situación, pero ya fue evidente su interés en no ir más lejos ni comprometerse con críticas a Ayuso. Ahora bien en ese momento, mantuvo que la solución no era que "rodaran cabezas".

Hoy, en cambio, preguntado por estos ceses, indicó que el "diálogo y la generosidad" de los dirigentes debe ser "el mantra más importante y el que quiere todo el partido" para solucionar la situación actual. Añadió que esto es lo que quieren los afiliados, militantes y simpatizantes, con los que, subrayó, ha estado "muy en contacto" los últimos días.

La mención a la militancia no es casual. Desde que estalló el enfrentamiento entre Casado y Ayuso, existe un consenso generalizado en que las bases prefieren a la dirigente madrileña. Un baño de realidad que Mazón tuvo el propio jueves cuando su tuit fue replicado por decenas de simpatizantes del PP o cuando su cuenta de twitter de fans (los mazoners) califican de error su posicionamiento con Casado.

Esta misma cuenta jaleó la manifestación de este domingo frente a la sede del PP en la calle Génova. La cúpula regional cree que ahora toca estar con la militancia y evitar, en la medida de lo posible, que el tsunami nacional les rompa su estrategia.

La cúpula regional cree que ahora toca estar con la militancia y evitar que el tsunami nacional les rompa su estrategia

Pero no solo Mazón y Catalá guardan ya distancias con quienes hace muy poco eran sus referentes. Otros cargos relevantes, como el alcalde de Alicante, el también popular Luis Barcala, muestran su distancia con la dirección nacional al pedir que "se escuche al partido y a nuestros votantes" en el sentido de que "hay que dar una solución rápida e inmediata a esta situación".

La posición de otros dirigentes provinciales

Otros dirigentes provinciales como Toni Álvarez (Alicante), Marta Barrachina (Castelló) o Vicent Mompó (València) guardan silencio en sus redes sociales. Aunque algunos cargos locales como la alcaldesa de Pedralba o el alcalde de Ayora (rival de Mazón en primarias) han sido más claros a la hora de distanciarse de Casado, la tónica es de prudencia, entre otras cosas, porque la mayoría es consciente de que un movimiento en falso puede determinar su futuro político. Con todo, prácticamente en todo el partido se da por hecho un cambio y que ese cambio apunta al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo.

A año y medio de elecciones y con un congreso regional recién celebrado, es extremadamente complicado que los cambios en la dirección nacional alteren el actual panorama orgánico en la Comunitat Valenciana o las candidaturas electorales, pero parece evidente que el PPCV, que había logrado estar totalmente alineado con Génova y cierta paz interna, tendrá que buscar su sitio y también evitar una nueva convulsión interna. El PPCV digirió con facilidad la traumática salida de Bonig, pero hay heridas que siguen abiertas.

La expresidente el PPCV, Isabel Bonig, ha roto ya su silencio con un tuit en el que pedía "generosidad", un dardo envenenado hacia Casado, que fue aplaudido por algunos de sus antiguos colaboradores.

El esfuerzo del PPCV para resituarse altera toda la agenda del tándem Mazón-Catalá. Y es que será difícil para la cúpula regional desvincularse de una dirección nacional cuya apuesta por Mazón y la Comunitat Valenciana ha sido innegable. La convención nacional y el reventón en la plaza de toros de València el pasado mes de octubre era la imagen de la recuperación electoral del PP, pero también de la reconciliación de Génova con un territorio que durante años fue puesto en cuarentena por la explosión de casos de corrupción. También con Bonig, pero especialmente con Mazón al frente del partido, Casado y Teodoro García Egea ha tenido una intensa agenda en la Comunitat Valenciana y, en especial, en el cap i casal.

Belén Hoyo pide la cabeza de Teodoro García Egea.

La diputada nacional del PP y única valenciana en el comité de dirección del PP ha tenido, según ha trascendido, una intervención clave en la reunión de alto voltaje que se celebra en Génova. Hoyo habría pedido, según varias fuentes periodísticas, la dimisión de Teodoro García Egea, mano derecha de Casado. Hoyo, presidente del comité electoral y una persona del círculo de confianza de Casado, se ha convertido en una de las voces discordantes dentro de este consejo.

Su petición para que Egea dimita supone, en principio, un bofetón para Casado, consciente de que la crisis ha llegado tan lejos que si cae su fiel escudero, el se queda, totalmente a la intemperie. Hoyo, que fue presidenta de Nuevas Generaciones en València, es un cargo público ya curtido en mil peleas internas y, en cierto modo, una superviviente nata. Su apuesta en primarias por Casado, le garantizó su continuidad en el Congreso de los Diputados y un lugar privilegiado en Génova. Sus relaciones con Isabel Bonig y su equipo directivo nunca acabaron de cuajar e incluso llegaron a ser tensas conforme se vislumbra el relevo de la presidenta a favor de Casado. Hoyo, apadrinada en su día por el presidente del PP de la provincia de València, Alfonso Rus, logró, como le ocurrió al diputado Vicente Betoret, salir ilesa de ese particular terremoto en la provincia de València. Junto con Betoret y el diputado nacional Luis Santamaría se posicionó el jueves en redes sociales con Casado tras desatarse la guerra con Ayuso. Hoyo consideró a Casado como la "garantía de futuro para el centro derecha y con él conseguiremos el objetivo de cambiar el desastroso rumbo al que nos ha llevado este gobierno socialcomunista".