Hace un par de meses, Dani Abad y su pareja decidieron ir de compras para llevar algo bonito a su familia por semana santa. Mientras caminaban por la calle Colón de València, en pleno centro de la ciudad, un hombre empezó a increparles al grito de "maricones de mierda". Cuenta que el resto de personas agacharon la cabeza y no dijeron nada. "No digo que la gente tenga que poner el cuerpo, pero si una persona abre la boca, y luego otra, y otra para afeárselo ese señor se habría ido escarmentado a casa", recuerda.

Este 17 de mayo se cumplen 32 años desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sacó la homosexualidad de su lista de enfermedades. Por eso se celebra el día contra la lgtbifobia, una lacra que "está cada día en la calle, y encima legitimándose en las instituciones", cuenta Abad, encargado además de leer el manifiesto de Lambda en la concentración realizada frente al Palau de la Generalitat.

Todos los días, en todos lados, incluso "en círculos de la izquierda valenciana que me han afeado mi estética o que tenga pluma", espeta. Reconoce que ha tenido que dar pasos atrás y "masculinizar" su estética. Y que a día de hoy se tiene que soltar de la mano de su pareja en según qué situaciones, y que en otras le toca agachar la cabeza cuando está en el transporte público.

"Al final no son solo las agresiones ni lo físico, es que te toque pasar desapercibido, las miradas o los comentarios que te lanzan por ir cogido de la mano, y que si encima les contestas corra peligro tu físico", asegura. También, incluso, en el colegio "y la homofobia aprendida que acabamos interiorizando". Cuenta que en su etapa escolar tuvo varios agresores por ser el "maricón" de clase, hasta que decidió aprender artes marciales y defenderse de las personas que le hacían bullying.

"No podemos dejarnos amedrentar porque la calle es nuestra también", señala Abad

Concentración de Lambda por el día contra la lgtbifobia. Francisco Calabuig

Odio en las instituciones

Para Abad, y para Lambda, este 17 de mayo no hay "nada que celebrar", según lee en el manifiesto. Nada que celebrar porque la homofobia está entrando en los parlamentos y en las instituciones. "Se está legitimando en la política, y cuando la homofobia se escucha desde los representantes públicos hay gente que se cree también legitimada para insultar y agredir a un homosexual o una persona trans por la calle".

Ese es el principal problema. "La ultraderecha lanza el discurso de odio desde las instituciones". Por eso, sigue, los delitos de odio han crecido un 9,8 % este año, según datos del Ministerio del Interior. En la lectura del manifiesto señaló, megáfono en mano que "no permitiremos más campañas para generar odio" y recalcó que "el 85 % de los agresores son hombres de nacionalidad española".

Pese a todo, Abad explica que "sé que es complicado, pero no podemos dejarnos amedrentar porque la calle es nuestra también, y quien no quiera aceptar que la sociedad es diversa es esa persona quien tiene un problema". Recomienda a las personas del colectivo "generar redes de apoyo en asociaciones como Lambda, pero también con la gente del Orgull Crític por ejemplo, para que vean que somos muchas, y que la mejor defensa es tener ese tejido de personas y amistades a tu alrededor", asegura.

Los delitos de odio han crecido un 9,8 % este año, según datos del Ministerio del Interior

"El discurso de la ultraderecha legitima la violencia en las calles, pero nos tendréis en frente. También a los partidos que negocien con nuestros derechos para mantenerse en las instituciones, y también a quienes nieguen la existencia de las personas trans", reza el manifiesto de la asociación, que reclama la aprobación urgente de la Ley Trans y de Igualdad Lgtbi, en tramitación por el Gobierno.

"No somos una minoría ni un lobby, somos una comunidad que trabaja para hacer frente a la intolerancia. Frente al discurso del odio de la ultraderecha, más diversidad, más diferencia, más purpurina y más pluma. Nos tendrán siempre dando la cara", finaliza el texto.