Las tormentas y trombas forman parte del clima mediterráneo. Esta cuenca se caracteriza por sufrir fuertes episodios tormentosos que coinciden con la primavera y el final de verano o inicio del otoño. Se trata de células tormentosas que se alimentan de la inestabilidad atmosférica y puede dejan registros históricos de lluvias en muy poco tiempo. Son las supertormentas, y cada vez son más frecuentes. En algunos casos, estas tormentas van acompañadas de granizo y enormes rachas de viento, como las registradas la semana pasada en algunos puntos del interior de la provincia de València, que han acabado con la cosecha de almendra, o la que le costó la vida a un bebé de 20 meses en Girona.

La granizada de Girona fue excepcional con piedras de granizo que superaron los 10 centímetros de diámetro. No se registraba algo así desde el año 2000, según los datos recogidos por el servicio meteorológico de Cataluña. Lo cierto es que estos fenómenos extremos comienzan a ser cada vez más frecuentes y el granizo también. El tamaño de las piedras de hielo que caen desde una altura de más de 10 kilómetros a velocidades que pueden alcanzar los 200 kilómetros por hora oscila entre pequeñas bolas del tamaño de lentejas o garbanzos hasta proyectiles similares a bolas de tenis o, más, como las que le costaron la vida al bebé de 20 meses.

Una de las piedra de granizo de más de 10 centímetros de diámetro

¿Pero de qué depende este tamaño y por qué las últimas granizadas han sido tan violentas?

Los expertos consideran que uno de los motivos es le cambio climático pero además creen que este verano las altas temperaturas han hecho que la temperatura del agua del Mar Mediterráneo esté demasiado caliente y podría ser una de las causas de la violencia de estas tormentas. No se trata de un fenómeno ajeno a la Comunitat Valenciana. Históricamente, se ha relacionado este calor con el fenómeno de la gota fría.

El calor contenido en el agua del mar se convierte en una especie de pila de energía para las tormentas y también para las granizadas, dependiendo de la altura a la que se encuentre las células tormentosas que las originen. El agua del mar almacena el calor y toda esa humedad asciende hacia las capas más altas de la atmósfera.

Cómo se forma en granizo

En caso de chocar con una frente frío, la humedad se condensa rápidamente y se convierte en lluvia o comienza a agruparse y congelarse a medida que asciende y se enfría en forma de bola de hielo. Cuando alcanza un peso significativo, cae.

La formación del granizo se produce por la formación, a su vez, debido a la formación de una nube tormentosa, normalmente un cumulonimbo con corrientes de aire cálido ascendente que la alimentan y corrientes descendientes que descargan lluvia. Además, es necesaria la presencia de aire frío a partir de cinco kilómetros de altura para la formación de granizo.

El granizo cae de la nube cuando adquiere demasiado peso para que las corrientes ascendentes lo mantengan en el aire o si éstas se debilitan.