Los tres partidos que conforman el Botànic están ya negociando el presupuesto de la Generalitat para 2023, pero las cuentas de 2022 todavía no pueden darse por cerradas. La subida salarial a los funcionarios pactada por el Gobierno y la mayoría de sindicatos, que beneficiará a los casi 260.000 trabajadores públicos que hay en la Comunitat Valenciana sin importar la administración a la que pertenezcan, obliga al Consell a buscar, solo para este año, 145 millones extra para replicar el acuerdo en territorio autonómico, aunque todavía no hay concreción sobre cuándo habrá que hacer frente a este gasto imprevisto.
El pacto contempla incrementos de hasta el 9,5 % del sueldo hasta 2024 e incluye una subida adicional del 1,5 % para este año con efectos retroactivos a 1 de enero de 2022, pero la Conselleria de Hacienda pide tiempo para conocer con mayor detalle el acuerdo antes de confirmar cuándo abonará la subida a los trabajadores públicos.
Desde el departamento de Arcadi España explican que si el acuerdo estipula la obligatoriedad de pagar la diferencia antes del 31 de diciembre de este año se puede introducir una modificación presupuestaria en las cuentas actuales, si bien no descartan la opción de encajarlas en las de 2023 si el Gobierno deja margen a ello.
Asimismo, de cara a las cuentas de 2023 que empezaron a diseñarse este lunes, la Generalitat también deberá buscar ingresos extra para pagar las nóminas de los funcionarios, pues el pacto estipula un aumento fijo del 2,5 % más un 1 % opcional en función de la evolución del IPC y del PIB durante el próximo año y de un 2 % más un 0,5 % variable para 2024.
Al consolidarse en las tablas las subidas de 2022 e incrementarse el porcentaje de mejora salarial, en 2023 esa cuantía subirá considerablemente, según los cálculos de Hacienda.
En total, el ajuste elevará entre un 8 y un 9,5 % el coste del personal de la Generalitat y de los ayuntamientos en los próximos dos años. Para este 2022, además, ya se había aprobado a nivel nacional a final del año pasado un aumento del 2 % en los sueldos públicos, que le supuso un desembolso extra de 197 millones a la Generalitat y que ahora se amplía por los efectos de la inflación.
Las partidas ficticias
Una coyuntura que complica al Botànic la cuadratura de los números para las cuentas de 2023. Incluso antes de conocer el acuerdo estatal que obliga a la administración valenciana a subir el sueldo a sus funcionarios en la misma medida, el Consell ya asumía que los presupuesto de 2023 volverán a incluir partidas ficticias.
Se da por seguro el tradicional paquete reivindicativo por la infrafinanciación valenciana, de unos 1.300 millones pero sin opciones reales de ejecución ya que el Gobierno no incluye tal apartado en los Presupuestos Generales del Estado. Pero además el Botànic está estudiando volver a introducir otra partida fantasma, como ya hizo en el ejercicio actual, para lograr que las cuentas sean expansivas. Ese es el objetivo del conseller de Hacienda, Arcadi España, y de los socios.
Entonces el tripartito optó por presupuestar otros 1.000 millones bajo el epígrafe 'fondo de transición hacia la nueva normalidad', en un intento de estirar las ayudas por la covid que desplegó el Estado pero que desaparecen ahora. Insertar esta segunda partida y cómo bautizarla se antoja como uno de los escollos de la negociación, como ya sucedió el año pasado.
