El lago de l'Albufera ha empezado a recuperar los valores medio ambientales de hace medio siglo gracias a los aporte de agua del Xúquer. El aporte hídrico de 14,1 hm3 a través de seis acequias y 5,1 hm3 derivados del embalse de Tous han hecho posible que el agua presente una transparencia que no se veía desde el colapso ambiental de la década de los años setenta. Au una mayor presencia de aves, peces e invertebrados, se han detectado dos especies de libélulas nuevas que solo proliferan en aguas transparentes: el agrión de ojos rojos (Erythromma viridulum) y el caballito claro (Platycnemis latipes).

Caballito claro (Platycnemis latipes) CHJ

El aumento de la vegetación sumergida de l'Albufera atrajo este verano a decenas del agrión de ojos rojos, que necesita de este tipo de plantas para hacer sus puestas. Se trata de una especie de caballito del diablo muy rara en el humedal y ligada a una buena gestión hídrica. Historia que se repite con el caballito claro. Los biólogos insisten en que se trata de insectos cuya presencia es sinónimo de riqueza biológica y buena salud de los ecosistemas acuáticos.

El acuerdo que ha permitido este renacimiento del humedal implica a la Confederación Hidrográfica del Júcar, la Generalitat Valenciana a través de la Conselleria de Transición Ecológica, el Ayuntamiento de València y las comunidades de regantes de Sueca, Acequia Real del Júcar, Favara y Oro. La proliferación de praderas de Najas marina, una planta subacuática con un enorme efecto fitodepurador, ha obrado la transformación. El objetivo de administración autonómica y local ha sido siempre lograr una asignación fija por parte del Gobierno no ligada a otros condicionantes.

"No es necesario dragar el lago"

Según un informe elaborado por la Dirección General de Medio Natural y el servicio de Devesa-Albufera, la mejoría de la laguna demuestra que el futuro está en las aportaciones de agua de calidad y en cantidad. Y desmonta las tesis que defienden el dragado del fondo como única garantía de supervivencia del enclave. En esta idea insiste el vicealcalde de València y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo (Compromís).