El rechazo a la macroplanta fotovoltaica de Castelló une a la oposición y el Botànic

El PSPV piden "hacer compatible" el proyecto con las reivindicaciones del territorio y Unides Podem insta al Gobierno a paralizarlo

Diputados del Botànic en las Corts

Diputados del Botànic en las Corts / Germán Caballero

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

El Botànic exhibió este miércoles de nuevo su rechazo a una decisión del Gobierno de España. Pese a que el Ejecutivo central lo componen dos de los tres partidos que forman el Consell y que el tercero de ellos le presta apoyo habitual en el Congreso, tanto PSPV, Unides Podem como Compromís se han manifestado, en diferentes grados, en contra del macroproyecto fotovoltaico Magda en el interior de Castelló, una negativa al que también se unió la oposición, que no desaprovecha la oportunidad para cargar contra los socios en Madrid y en la Comunitat Valenciana.

La posición más incómoda es la expresada por los socialistas. En contra, pero sin mostrar el rechazo contundente de sus compañeros de gobierno. Críticas, pero reivindicando la oportunidad de cambio. El proyecto energético ha recibido el visto bueno del Ministerio de Transición Ecológica, dirigido por una socialista, Teresa Ribera, pero no convence en las filas de la federación valenciana. Especialmente en las localidades castellonenses afectadas, con alcaldes y representantes municipales del puño y la rosa claramente en contra.

"Sus quejas tienen razón de ser, y lo lógico es que se atiendan las reivindicaciones del territorio", indicó la síndica adjunta, Carmen Martínez, quien pidió "hacer compatible" la instalación de estas renovables con que no perjudique al territorio. Entre esas alegaciones, están los propios informes en contra de la Conselleria de Agricultura, algo que no ha frenado al ministerio para dar luz verde al proyecto. "Cada uno tiene sus competencias", recordó Martínez, y los proyectos de más de 50 MW (Magda es de 150 MW) recaen sobre el Estado.

Las palabras de Martínez así como votaciones anteriores de los socialistas en las Corts evidencian la distancia respecto al proyecto. "Nuestro rechazo [a Magda] justifica sobradamente el voto socialista a la presente resolución", dijo en diciembre el diputado Ernest Blanch a una PNL que pedía paralizar su instalación. Sin embargo, dos meses después ha llegado el visto bueno del departamento de Ribera que, al igual que con el trasvase, vuelve a apostar por una decisión contraria a la defendida por el PSPV que ha tratado de contemporizar y no cargar tintas.

Más contundentes y críticos se mostraron los socios del Botànic. No compartir partido político con la titular del departamento estatal (e incluso no formar parte del propio Gobierno, como el caso de Compromís) y haber mostrado distancia en el ámbito autonómico (con tensiones incluidas dentro del Consell) su rechazo a la instalación de estos grandes proyectos fotovoltaicos han permitido a Unides Podem y Compromís llenarse de críticas hacia la macroplanta castellonense.

"Es un claro ejemplo de la política que rechazamos, las renovables deben ser una apuesta justa también con el territorio", expresó la síndica de los valencianistas, Papi Robles, quien recordó la propuesta de la coalición de "empezar por los techos, ir poco a poco". "Esta es una propuesta que destruye el espacio rural mientras aquí debatimos aprobar una ley de despoblación", añadió al tiempo que avisó que este proyecto "no es el de Compromís ni el del Botànic". "Confrontaremos ese modelo", sentenció. 

Podem pide en el Congreso su paralización

"¿Dónde está el autogobierno?", se preguntó al respecto la síndica de Unides Podem, Pilar Lima, quien criticó la "falta de diálogo" del ministerio y que se haya saltado el informe en contra del Consell. Su compañera parlamentaria, Estefanía Blanes, añadió que esta macroplanta se suma a una futurible línea de Muy Alta Tensión (MAT) Morella-La Plana por lo que, dijo, "no es una cuestión aislada", sino que hay que darle "una viabilidad en todo su conjunto". En su rechazo, los morados han presentado en el Congreso, a partir de la diputada castellonense, Marisa Saavedra, una moción en la que insta al Ejecutivo central a paralizar el proyecto Magda y en el que considera "inaceptable" la declaración de impacto ambienta.

La diputada de UP, Marisa Saavedra, con la plataforma contra las macroplantas frente al Congreso.

La diputada de UP, Marisa Saavedra, con la plataforma contra las macroplantas frente al Congreso. / Levante-EMV

Las reticencias al proyecto llegaron también de la bancada de la oposición, aunque las críticas se centraron más en los choques entre los compañeros de Ejecutivo que en la macroplanta en sí. El que más claro lo mostró fue el PP. Su síndica, María José Catalá, cargó contra la "falta de acuerdo entre socios" respecto a los proyectos de renovables, la "parálisis" hasta la fecha e incidió en que estaban en contra de esta instalación en concreto porque "no hay consenso en los vecinos de la zona".

Línea similar desde Ciudadanos. Su portavoz parlamentaria, Mamen Peris, criticó que el Botànic "no tiene una política común" en materia energética y les ha reprochado que "son incapaces de sentarse a dialogar ni con los afectados ni con Madrid" y ha considerado que, en lo que a interlocución con el Gobierno central se refiere, se está yendo "para atrás como los cangrejos".

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