Las líridas, las teloneras de la primavera

Estos últimos meses han sido bastante «aburridos» en lo que respecta a lluvias de estrellas. Las últimas fueron las cuadrántidas con su máximo el 3 de enero. Pues bien, marzo no será muy distinto, pero en abril la cosa cambia. Las líridas iluminarán el cielo y serán las teloneras de la primavera. ¿Quieren saber más sobre ellas?

Primer paso, las líridas son meteoros, no meteoritos. Para comprenderlo mejor, un meteorito es una roca espacial de diferente composición que llega a la atmósfera terrestre y sobrevive al viaje hacia la superficie, es decir, no se llega a desintegrar. El término de meteorito suele confundirse con sus «antecesores» los meteoros y los meteoroides. Estos últimos dos conceptos se diferencian dependiendo si entran o no en nuestra atmósfera. Si lo hacen se convierten en meteoros, y si no, son meteoroides.

Siguiente paso. El tamaño de los meteoros, que son los que nos importan, es variable y puede ser desde un milímetro hasta varios centímetros. Al entrar en nuestra atmósfera pueden desintegrarse viajando a grandes velocidades, más de 20.000 km/h. Como es el caso de las lluvias de estrellas.

Ahora que ya está claro, si la meteorología lo permite, del 16 al 25 de abril estos meteoros serán visibles desde el hemisferio norte. Se esperan alrededor de 20 meteoros por hora, pero algunos años este valor puede incrementarse hasta los 100. 

El momento culmen de estas estrellas lo tendremos la noche del 22 al 23 de abril, cuando se espera el mayor número de ellas. Afortunadamente, este año será un año excelente para su observación, puesto que la Luna se encontrará dos días después de su novilunio. 

Como sucede con otras, las líridas son trozos y fragmentos del cometa C/1861 G1Thatcher de largo período que orbita alrededor del Sol una vez cada 415 años. Cuando la Tierra pasa por un anillo poblado de estas partículas o meteoroides, ellas entran en nuestra atmósfera y se calcinan por la fricción del aire, creando así el resplandor luminoso que conocemos como estrella fugaz. ¿Quién se anima a pedir deseos?