Sin voz ni voto

Cultivos de regadío en Doñana

Cultivos de regadío en Doñana / Efe

Parece que, en tiempo de elecciones, todo vale. Cuando las urnas entran por la puerta, los principios, en algunos casos, parecen salir por la ventana. Y ello parece conllevar, como es lógico, que los partidos políticos de nuestro país se vean en la imperiosa obligación de forzar la voluntad democrática del pueblo, en su favor, a través de propuestas a cualquier precio. 

Esto es lo que está ocurriendo estos días en Andalucía, donde se ha lanzado una propuesta de ley que tiene como objetivo ampliar los cultivos de regadío en las inmediaciones de Doñana, donde ya llueve sobre mojado. Y llueve, de nuevo, en lo político, mientras el parque nacional continúa ahogándose debido a las sequías y el expolio de sus acuíferos promovido por las explotaciones agrícolas ilegales de sus aledaños. 

Por tanto, de llevarse a término esta propuesta de ley, no solo conllevaría una enésima sanción de la Comisión Europea, sino también dejaría, a merced de la suerte, el bienestar de un entorno único de la península ibérica. Ahora solo queda reflexionar, ya que si bien es lógico decir que son los políticos quienes deciden, no olvidemos que somos nosotros quienes los ponemos al mando. Por desgracia, Doñana no entra en esta hipótesis, ya que no tiene voz ni voto.