'La mejor carrera que uno puede estudiar es aquella que le gusta'

La Comunitat Valenciana aglutina algunas de las universidades más prestigiosas del país y, cada año, miles de jóvenes aspiran a entrar en alguno de los grados que estas ofrecen en diferentes ámbitos académicos.

El pasado lunes se dieron a conocer las notas de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) 2023, con un porcentaje de aprobados superior al 98 %. Ahora, se abre un periodo de inscripción para todos aquellos estudiantes que aspiran a cursar algún grado universitario a partir del próximo curso.

En total, cerca de 22.000 estudiantes en la Comunitat Valenciana afrontan el momento de elegir qué carrera universitaria desean estudiar, basándose —la mayoría de ellos— en las posibles salidas laborales y la proximidad respecto a su lugar de residencia. Las listas definitivas de alumnos aceptados en cada grado se conocerán el próximo 14 de julio.

En este sentido, Levante-EMV organizó el pasado miércoles, 21 de junio, un encuentro informativo, con la colaboración de la Universitat Politècnica de València (UPV), la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló y la Universitat de València (UV), para abordar cuáles son los grados con mayor empleabilidad o con más oportunidades de inserción laboral, con tal de aportar un poco de luz a aquellos estudiantes que deciden ahora hacia donde dirigir su formación académica, así como también para aquellos que lo harán en los próximos cursos o las personas interesadas en ampliar su formación.

El encuentro, que estuvo dirigido por el director de Levante TV, Juanma Romero, contó con la participación de la vicerrectora de Estudiantes y Emprendimiento de la UPV, Esther Gómez; la vicerrectora de Estudiantado y Vida Saludable de la UJI, Mamen Pastor; y la vicerrectora de Estudios de la UV, Isabel Vázquez.

Las tres representantes de las principales universidades valencianas coincidieron en señalar la importancia de elegir una carrera universitaria priorizando la motivación propia sobre los índices de empleabilidad. «La mejor carrera que uno puede estudiar es aquella que le gusta», señaló Esther Gómez, quien remarcó que «conocemos cuál es la empleabilidad de estos grados ahora, pero no podemos saber cuál va a ser dentro de unos años, cuando estos estudiantes acaben sus estudios».

Del mismo modo, Mamen Pastor calificó como «un error» orientar al estudiantado a la inserción laboral. «No debería ser determinante. La empleabilidad va a depender mucho del contexto, el momento socioeconómico y dónde estén estudiante, con independencia de la titulación que elijan», detalló.

Además, Pastor reivindicó la importancia de las competencias no curriculares (capacidad para trabajar en grupo o liderar proyectos, tener iniciativa, la motivación hacia el logro…), que empiezan a ser muy valoradas por las empresas. «Esto resta peso al qué voy a elegir, que puede determinar tan solo el 50 % del éxito; el resto es un paquete mayor que las universidades ofrecemos y se complementa a la formación académica», explicó.

Por su parte, Isabel Vázquez recomendó a los estudiantes que ahora tienen que elegir sus estudios universitarios «que no se centren tan solo en el grado y conozcan el paquete completo que les ofrecen las universidades»: «La carrera que elijan tendrá influencia en su futuro, pero no lo marcará. Lo realmente importante es cursar un grado básico y versátil que les permita adquirir una base sólida para adaptarse a un futuro que es cambiante —apuntó—. Para especializarse siempre hay tiempo después y existen muchas titulaciones que facilitan diferentes salidas profesionales».

Por último, abogó por tener una visión más amplia y no limitarse a estudiar una carrera con el único objetivo de quedarse cerca de casa: «Las salidas laborales se deben buscar dentro y fuera de nuestro entorno», apuntó.

No dejar de formarse

La globalización y las nuevas tecnologías han revolucionado el mercado laboral. La velocidad a la que se producen los cambios ha aumentado mucho y es necesario renovarse para adaptarse a sus nuevas exigencias.

En este sentido, la formación continua se ha convertido en un recurso necesario. «El entorno cambia a tal velocidad que hay que formarse ante de insertarse en el mercado laboral y después, para actualizarse y seguir aportando a la profesión», advirtió Isabel Vázquez, quien insistió en la importancia de que las universidades estén «en primera línea» para mejorar ese entorno productivo.

«Hace unos años, podríamos pensar que la formación continua era necesaria en determinados ámbitos, como la salud; sin embargo, ahora es extensivo a todas las áreas del conocimiento», añadió Mamen Pastor. Del mismo modo, la vicerrectora de la UJI adelantó que «las universidades vamos a tener un papel decisivo» y recalcó la importancia de establecer un puente entre el sector académico y empresarial «para saber qué necesidades específicas tiene este último para reciclar a sus profesionales».

En este punto, cabe destacar que el Centro de Formación de la UPV maneja el mismo número de alumnos que los estudios oficiales. «La formación permanente aporta un valor añadido respecto a la formación reglada —explicó Esther Gómez—. Los títulos propios permiten resolver rápidamente las necesidades formativas que tiene una empresa en determinado momento, mientras que con los títulos oficiales todo es más lento».

Por otro lado, la UJI trabaja desde hace dos años en una iniciativa enfocada a promocionar el doctorado industrial entre su alumnado —una vez haya cursado el grado y el posgrado— y que cuenta con el apoyo de la Generalitat Valenciana. «Debemos apostar más por este tercer ciclo que, en otros países europeos está más reconocido», señaló Mamen Pastor.

El programa, que inicialmente contó con ocho personas que tenían su doctorado en activo, ha ampliado su abanico a otros ámbitos menos técnicos (como el de la salud o las humanidades) y dispone ahora de 23 doctorandos. «Está funcionando muy bien», agregó la vicerrectora de la UJI, quien aseveró que este programa va a promover la aproximación y la transferencia de conocimiento desde el ámbito investigador hacia el mundo de la empresa. Además, cabe destacar que el 65 % del alumnado que participa en este programa son mujeres.

Relación con las empresas

El 60 % de la investigación que se realiza en España proviene de las universidades. Además, un alto porcentaje de esta tiene una aplicación directa sobre las necesidades de la sociedad y las empresas.

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Sin embargo, la comunicación entre estos tres pilares no siempre es la mejor. «Como universidades públicas, nuestro propósito es servir a la sociedad. Tenemos que escuchar y estar abiertas a lo que nos pide el estudiantado y el sector productivo para ofrecer una respuesta a sus inquietudes y necesidades», detalló Isabel Vázquez.

En este sentido, la vicerrectora de la UV reconoció que «las empresas y la universidad estamos llamadas a entendernos y a trabajar conjuntamente, porque la empresa necesita de esta transferencia de conocimientos para mejorar». Sin embargó, confesó las dificultades para conseguirlo, ya que «nuestros ritmos no siempre coinciden».

Por su parte, las tres representantes del ámbito académico valenciano coincidieron en la necesidad de acercarse a la sociedad para que esta sea consciente de la labor investigadora de la universidad. «Como parte de nuestro compromiso con la sociedad, debemos transferir y divulgar para hacer una ciencia próxima y fácil de entender para la persona de a pie», añadió Mamen Pastor. Además, la vicerrectora de la UJI reforzó el compromiso de la universidad por seguir aportando valor y conocimiento al tejido empresarial valenciano: «Tenemos que estar muy pendientes de las necesidades, los perfiles y las competencias que demandan las empresas en diferentes puestos para incorporarlas a nuestros planes de estudio».

Compromiso con el emprendimiento

En los últimos años, la Comunitat Valenciana se ha convertido en un hub tecnológico de referencia que cuenta ya con más de 1.000 startups. «El emprendimiento está en boca de todo el mundo y València se está convirtiendo en un escenario muy importante», dijo Esther Gómez.

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La vicerrectora de la UPV aprovechó su intervención en la jornada organizada por Levante-EMV para poner en valor la Unidad de Emprendimiento y Creación de Empresas de la UPV, que ha creado más de 1.000 empresas a lo largo de los últimos 30 años. «La formación en emprendimiento está implícita en todas las titulaciones de la UPV», señaló Esther Gómez.

Debido a ello, su alumnado crea cada año cerca de 30 startups a través de su incubadora y aceleradora propia, Startupv, con un índice de supervivencia a los tres años superior al 65 %, muy por encima de la media nacional. «Tratamos de explicar a nuestros alumnos que el futuro no se limita a buscar empleo por cuenta ajena y que emprender es una opción más», agregó Gómez.

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Por su parte, la UJI apuesta también por el emprendimiento entre su alumnado, sobre todo en las etapas finales de sus titulaciones. Un ejemplo de ello es el programa UJI Emprèn OnSocial, encaminado a fomentar el espíritu emprendedor en los miembros de la comunidad universitaria y fomentar la creación de nuevas empresas. «Es importante impulsar y que haya iniciativas desde la propia universidad para premiar a grupos de estudiantes que diseñan cosas increíbles en distintos ámbitos», reconoció Mamen Pastor.

Al respecto de ello, Isabel Vázquez animó a extender el emprendimiento a todo el estudiantado, como una herramienta transversal más que piden las empresas. «Debemos conseguir que todos los estudiantes sean emprendedores allá donde estén, generando una empresa o mejorando aquella en la que trabajan», sugirió.

Las ‘joyas’ de cada universidad

Llegado el momento de elegir una carrera universitaria, los alumnos suelen fijarse inicialmente en los ‘grados estrella’, aquellos que tienen las notas de corte más alta y, a su vez, son los más demandados año tras año.

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En este sentido, los grados de Medicina, Matemáticas y las diferentes Ingenierías acostumbran a ser los más preciados y con las listas de espera más largas. Además, según el reciente informe U-Ranking de las universidades españolas, las salidas laborales en estas ramas son bastantes y de calidad.

«Todo aquello relacionado con la informática, la ciencia de datos y las telecomunicaciones está muy bien valorado y tiene notas de corte muy altas», subrayó Esther Gómez.

Sin embargo, existen otras carreras ‘ocultas’ en los diferentes campus valencianos que no entran en el radar de la mayoría de los alumnos pero que ofrecen notas de corte más bajas y cuentan con salidas muy demandadas, con bajos índices de paro.

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«Hay carreras que no se eligen tanto y tienen mucha salida profesional, como Filología Catalana», explicó Isabel Vázquez. Del mismo modo, la vicerrectora de la UV aprovechó para reivindicar el potencial de las carreras STEM, ubicadas en su campus científico de Burjassot.

Por su parte, la vicerrectora de la UPV puso el foco en aquellas titulaciones relacionadas con el ámbito de la construcción —Arquitectura Técnica, Ingeniería Civil, Ingeniería Geomátia y Topográfica—, que siguen arrastrando la creencia de la falta de trabajo desde la crisis de 2008. «Hay una alta demanda de titulados en estos grados por parte de las empresas y con notas de corte asequibles», destacó la vicerrectora de la UPV, quien sugirió «que nadie elija una carrera en función de la nota de corte».