"Doné mi médula y lo haría otra vez. Una hora de mi tiempo para que alguien pueda vivir"

Fran Blanch se unió al registro de donantes hace 20 años y, una década después, lo llamaron porque había un receptor compatible

Desde la Organización Nacional de Trasplantes hacen un llamamiento para aumentar los donantes de médula ósea, sobre todo hombres jóvenes

Francisco Blanch se apuntó al registro de donantes hace 20 años y hace 10 donó médula.

Francisco Blanch se apuntó al registro de donantes hace 20 años y hace 10 donó médula. / Fernando Bustamante

"Tuve la suerte de que me tocara y lo haría otra vez". Así resume Francisco Blanch, la experiencia de haber sido donante efectivo de médula ósea. Sus células madres sirvieron hace una década para que alguien en el mundo pudiera superar un linfoma, o una leucemia... Fran no sabe ni quién es, ni dónde está, ni si aquel trasplante salió bien pero tiene claro que fue una experiencia por la que volvería a pasar y que tuvo "suerte" de ser elegido.

Como él ahora mismo hay otras 41.500 personas solidarias en la C. Valenciana y llegan a las 480.000 en toda España pero siguen haciendo falta más. Es el mensaje que estos días han transmitido desde la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y remarcan desde asociaciones de pacientes de leucemia y linfoma como la valenciana Asleuval con motivo de la celebración, el pasado sábado, del Día Mundial del Donante de Médula

Una persona compatible entre 3.500

A Fran lo "captaron" para entrar en el Registro Español de Donantes de Médula Ósea (Redmo), que gestiona la Fundación Josep Carreras hace ya 20 años, una de las veces que se acercó al Centro de Transfusión de la Comunitat Valenciana a donar sangre. "Tendría yo 21 años. Mientras estaba donando me preguntaron si permitía que me hicieran unas pruebas para ser donante de médula y dije que sí... todo lo que sea por echar una mano", rememora. Las pruebas se hicieron y su perfil genético quedó registrado en el Redmo a disposición de cualquier persona en el mundo que necesite encontrar a alguien compatible para superar una enfermedad grave de la sangre.

"Pregunté todas las dudas y me las resolvieron, pero siempre pensé que muchas vueltas tendría que dar la cosa para que me llamaran para donar de verdad", recuerda. Y no le falta razón. Cuando alguien necesita un trasplante de este tipo primero se busca entre la familia porque se necesita una compatibilidad perfecta para evitar rechazos. En la familia, se consigue este tipo de donante "en una de cada cuatro ocasiones", según la ONT. Buscando fuera la probabilidad de encontrar un donante compatible es de "una entre 3.500". En esta búsqueda se emplea una media de 27 días, según las estadísticas de la ONT, un tiempo demasiado largo en muchas ocasiones.

Una donación viendo la tele

En el caso de Fran se dio esta coincidencia. Habían pasado diez años pero no se lo pensó. Pasó por las pruebas previas y, cuando le dijeron, se presentó para la donación. En su caso, como en la gran mayoría de veces, la médula ósea se dona como si fuera una extracción de sangre por el método de aféresis extrayendo las células madre del torrente sanguíneo. Solo en un pequeño porcentaje se tiene que recurrir a la donación haciendo una punción en el hueso ilíaco. "Ahí estaba yo viendo la televisión durante una hora apretando una pelotita. Ni dolor ni ningún problema", apunta. Y eso es lo que cuenta a todo el que le quiere oír porque tiene claro lo que supone este acto altruista.

El perfil ideal: hombre joven

"¿Qué por qué digo que tuve suerte? Porque sabes que empleando apenas una hora de tu vida, has ayudado a que otra persona pueda vivir toda la vida. No se puede decir de otra manera y hay que publicitarlo más", resume este joven transportista valenciano que, en el momento de la donación cumplía con el "perfil" ideal que hoy por hoy busca la ONT para apuntarse al registro: hombres jóvenes de 18 a 40 años porque se ha comprobado que son este tipo de células las que generan un mejor resultado en el receptor.

De hecho, desde hace unos años, las donaciones se han restringido a personas de hasta 40 años lo que está ayudando a elevar la "calidad" de los donantes pero, desde entonces, se ha ralentizado el ritmo de personas que se unen a la causa. Por ejemplo, en la C. Valenciana, al año siguiente de ponerse en marcha esta medida (2019) se unieron 2.000 nuevos donantes. En 2022, sin embargo, la cifra había caído a la mitad (1.075 según el registro de Sanidad) y en lo que llevamos de 2023 se sigue la misma tónica: desde enero se han registrado 486 nuevos donantes. Del total de 41.500 valencianos apuntados, el 52 % tienen menos de esos 40 años pero apenas el 38 % son hombres.

Quién puede donar médula ósea

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  • Cualquier persona de 18 a 40 años y en buen estado de salud. Como para donar sangre, hay que tener buena salud y pesar mínimo 50 kilos. Desde 2018, las donaciones están restringidas a personas hasta 40 años.

¿Cómo es el proceso?

  • Primero es conveniente informarse, en cualquier centro asociado o en la Fundación Josep Carreras. Si se cumplen los requisitos, el primer paso es hacer un primer análisis de sangre. De él se extrae el perfil genético, que es la información que necesita el registro oficial Redmo para "ofrecer" nuestras células madre.

¿Y si hay un receptor?

  • El perfil genético está disponible para cualquier persona del mundo que lo necesite a través del banco internacional de donantes. Si hubiera un receptor compatible, desde los centros asociados contactarán y se volverán a hacer pruebas para ver la disponibilidad y la conveniencia de hacer esa donación.
  • Llegado el momento, la donación efectiva de progenitores hematopoyéticos o células madre se hace "la gran mayoría de las veces" extrayéndolas de nuestra sangre, en un proceso que es muy similar a una donación de sangre al uso: el donante se conecta a una máquina de aféresis que va extrayendo del torrente sanguíneo estas células pero devuelve la sangre al organismo. Solo una pequeña parte de donaciones efectivas se hace haciendo una punción en el hueso de la cadera para extraer estas células de la médula ósea o "tuétano" que se regenera pero el proceso no tiene nada que ver con la médula espinal.También se usan células madre de cordones umbilicales donados.