'Tenemos una dieta desequilibrada, en parte, debido a un problema de educación'

Cajamar cita en València a centros tecnológicos y empresas ligados al sector agroalimentario para debatir acerca de los retos futuros y presentar algunos casos de éxito con un marcado carácter innovador

Representantes de Cajamar, los centros tecnológicos y las empresas que participaron en el foro sobre tendencias en alimentación.

Representantes de Cajamar, los centros tecnológicos y las empresas que participaron en el foro sobre tendencias en alimentación. / Francisco Bonilla

Jaume Vidagañ

Jaume Vidagañ

La alimentación es uno de los asuntos que más preocupan a las instituciones internacionales. En los próximos años, la industria alimentaria deberá hacer frente al importante reto de abastecer a una población mundial creciente que demanda alimentos más naturales, funcionales, sostenibles y con mayor valor nutricional.

Así pues, es importante replantear nuestro actual sistema alimentario y atender a las necesidades que puedan surgir en un sector como el agroalimentario que, en la Comunitat Valenciana, representa el 10 % del PIB.

En este punto, Grupo Cajamar organizó ayer en València la tercera edición del foro ‘Cajamar Wefood’ con el que, bajo el título ‘Innovando en alimentación para ser más sostenibles’, quisieron mostrar el valor de la colaboración entre las empresas y los centros tecnológicos y de investigación (ya sea público-privada o privada) para impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico.

La inauguración del foro sobre tendencias en alimentación estuvo a cargo del presidente de la Federación Empresarial de Agroalimentación de la Comunitat Valenciana (Fedacova), Rafael Juan; el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde; y del director territorial de la entidad en València, Jesús García. Todos ellos coincidieron en señalar que el gran reto de la humanidad en los próximos años va a ser abastecer a toda la población mundial. «Hemos conseguido llegar a una situación de seguridad alimentaria tanto a nivel cualitativo como cuantitativo. Sin embargo, en los próximos años vamos a tener que producir más con menos», advirtió Baamonde.

Asimismo, Rafael Juan puso en valor el papel de la agricultura como «un sector clave y estratégico para el desarrollo rural» y abogó por crear «ecosistemas estables y sostenibles que garanticen la disponibilidad de alimentos seguros y asequibles para todos», haciendo hincapié en la necesidad de instaurar el modelo de economía circular para «eliminar el desperdicio alimentario».

A continuación, Ascensión Marcos, profesora de investigación y directora del grupo de Inmunonutrición en el CSIC, alertó que cada vez estamos comiendo peor. «Tenemos un alimentación desequilibrada, en parte, debido a un problema de educación», señaló. Además, Marcos también identificó el estilo de vida actual, marcado por el estrés y el sedentarismo, como uno de los principales factores que han conducido a las altas tasas de obesidad, que se ha multiplicado por tres en los adultos —y por cinco en los menores— desde 1975.

Algunos casos de éxito

Durante toda la mañana se sucedieron diferentes ponencias en el Palau Alameda de València que se dividieron en seis principales bloques. En cada uno de ellos, representantes de los centros tecnológicos y las empresas mostraron su visión general y dieron a conocer algunos proyectos desarrollados en común para posicionarse en el ámbito de la alimentación del futuro.

El primer bloque abordó la texturación de las proteínas y estuvo moderado por Marta Torres, encargada de Desarrollo de Negocio en el Centro Tecnológico Alimentario Ctic Cita, quien alertó de una «crisis proteica mundial» en la que los actuales sistemas alimentarios no son capaces de abastecer la demanda de proteína a nivel mundial. En este sentido, Torres abogó por «ser más eficientes y desarrollar productos más rentables» y mostraron el caso de éxito en la empresa Vaessen-Schoemaker, con la intervención del director de Ventas, Jordi Álvarez.

El segundo bloque versó en torno a los ingredientes con efecto inmunomodulador. En este punto, la directora del área de Alimentación Saludable de Tecnalia, María del Carmen Villarán explicó el trabajo de este centro dirigido a la obtención de probióticos y postbióticos, así como de metabolitos con efecto inmunomodulador para favorecer el fortalecimiento del sistema inmune de las personas. La ponencia se completó con la intervención de Alejandro Aliaga, director técnico de Ingredalia.

A continuación llegó el turno del bloque centrado en la bioeconomía, en el que la investigadora en la Unidad de Procesos Biotecnológicos de Imdea Energy, Elia Tomás, expuso el trabajo de esta para recuperar el carbono de los residuos y, posteriormente, producir biocombustibles y bioproductos. En este punto, se mostró el público la experiencia de Perseo en el desarrollo de procesos biotecnológicos para la valorización de residuos mediante el Bioetanol, como explicó su CEO, Caterina Coll.

La segunda parte del acto arrancó con el cuarto bloque de ponencias, enfocado a la plasticultura sostenible. En este apartado, la investigadora en Aimplas, Chelo Escrig, quiso hacer hincapié en los productos de plasticultura funcionalizados como una nueva herramienta para el tratamiento de plagas, con tal de fomentar una agricultura más sostenible y ecológica que garantice una alimentación más saludable, en línea con los acuerdos de la PAC. Posteriormente se presentaron dos casos de éxito: Ana María Cano, técnico de producción integrada y ecológica en la Federación de Cooperativas Agrarias de la Comunitat Valenciana, explicó el proyecto Agroplus para lograr plásticos compostables y biodegradables que ya se han probado en invernaderos y en el campo con un resultado muy positivo; por su parte, Belén Tamargo, técnico en la Cooperativa de Llíria, explicó su experiencia con el proyecto Cítric-sà, que ofrece soluciones sostenibles ante la grave problemática de la plaga de pseudocóccidos en cítricos y caquis.

El quinto bloque abordó la aplicación de la inteligencia artificial en las empresas y su capacidad para tener un impacto en las formas de producción. En este punto, el responsable del departamento de Transformación Digital y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Ainia, David Martínez Simarro, explicó que la inteligencia artificial tiene la capacidad de fortalecer la seguridad alimentaria en las empresas sin sobrecargar los costes, pudiendo monitorizar de forma ordenada la información que hay en el mercado y predecir la aceptación del consumidor hacia un producto. En relación a esto, el director de Calidad, Seguridad Alimentaria, Medio ambiente y PRL de Verdifresh, Vicente Bosch, presentó los resultados del proyecto Predimic en su planta de Riba-roja de Turia para garantizar la seguridad alimentaria de sus productos.

El último bloque de ponencias estuvo a cargo del director de Transferencia Tecnológica y Mercado en Itene, Carlos Monerris, quien habló sobre la importancia del embalaje que acompaña a los productos alimentarios y el reto que supone la obligatoria conversión de estos plásticos en productos reciclables. Además, Nadia García, directora técnica de ADBioplastics, explicó el trabajo de esta startup lanzada desde Itene para ofrecer una alternativa sostenible y compostable a la industria del plástico convencional.

Por último, el director de Desarrollo Sostenible de Grupo Cajamar, Roberto García, puso el broche final al acto recordando que «el sector agroalimentario lleva 10.000 años innovando» y abogó por la unión entre los pequeños ecosistemas ligados al sector para cumplir con los retos que presenta el Pacto Verde Europeo.