Benavent: "Vivimos un individualismo que no acepta límites éticos y transforma los deseos en derechos"

El arzobispo de València lamenta que "el debate ético en la vida pública se ha empobrecido o se evita"

Reclama una "justa regulación" de la objeción de conciencia ante el aborto y la eutanasia

Rafel Montaner

Rafel Montaner

El arzobispo de València, Enrique Benavent, abrió este lunes la nueva temporada de actividades del Club de Encuentro Manuel Broseta de València con la conferencia que lleva por título Desafíos para la evangelización en el contexto cultural actual.

Es la primera intervención de Benavent en una tribuna de la sociedad civil desde que fuera nombrado arzobispo de València por el Papa Francisco hace casi un año, el pasado 10 de octubre de 2022.

El arzobispo de València destacaba que "la fe cristiana no ignora lo humano, sino que lo quiere llevar a su plenitud". "El cristianismo tiende a abarcar todas las realidades humanas e imprimir en ellas la fe cristiana", añadía.

Benavent abordaba los desafíos que tiene la Iglesia en este momento para compartir con la sociedad la visión cristiana de la realidad. En este sentido ha señalado que "en este momento hay una ausencia de diálogo de las cuestiones éticas en la sociedad". Por ello insistía en que "toda persona en su actuar debe buscar el bien y evitar el mal, el deber de buscar la verdad porque es el único camino que conduce a la justicia".

"El debate ético en la vida pública se ha empobrecido o simplemente se evita", criticaba el arzobispo. "La politización del debate ético puede llegar a matar el diálogo sincero sobre cuestiones que afectan a la comprensión y a la vida del ser humano", lamentaba.

La libertad de las personas

El arzobispo de València también subrayaba que "la política directa no es una misión propia de la Iglesia, pero los cristianos no se pueden desprender de ella". A su juicio "es legítimo que los católicos se integren en los partidos", pero añadió que "el católico que lo haga se encontrará con el drama de ser político y católico porque la disciplina de voto se ha impuesto de tal modo que el compromiso de un católico en la vida de un partido puede llevarle a conflictos éticos". Por esta razón, Benavent, reclama que "sería más deseable que dentro de los partidos hubiera un mayor espacio a la libertad de decisión en las cuestiones que afectan a la libertad de conciencia".

No obstante, insistió en que "el compromiso político es una forma de compromiso social, no la única" y que por ello "muchas veces se puede ayudar más a las personas fuera de las estructuras políticas". "Por ello habría que valorar más a las asociaciones ciudadanas", afirmó.

Benavent también abordó en su conferencia los límites al poder del Estado. "La autoridad es un instrumento de coordinación al servicio de la sociedad y su ejercicio no puede ser absoluto, no se puede permitir que regule todos los aspectos de la vida y de la familia", resaltó antes de defender que el Estado debe "ser imparcial en materia religiosa". "Puede regular la libertad de conciencia y de libertad religiosa si atentan contra la dignidad del ser humano o manifiestan odio contra ciertas personas o colectivos", añadió.

"Se está imponiendo una nueva visión de los derechos humanos, vivimos un individualismo que no acepta límites éticos y transforma los deseos en derechos", criticó Benavent. Por esta razón, lamenta el arzobispo, "comportamientos despenalizados adquieren la condición de derechos a proteger como la práctica de la eutanasia, o la pretensión de que el aborto es un derecho, lo que desprotege gravemente a la vida humana".

Enrique Benavent abre la nueva temporada del Club de Encuentro Manuel Broseta de Valencia

Enrique Benavent abre la nueva temporada del Club de Encuentro Manuel Broseta de Valencia / P. Calabuig

Benavent en su defensa de la libertad religiosa y de conciencia reclamó una justa regulación de la objeción de conciencia ante hechos que atenten contra la concepción de los cristianos de la vida humana, como el aborto o la eutanasia. Así, destacó que "el derecho a la libertad religiosa se interpreta minimalísticamente como un simple derecho de culto, limitando la libertad de conciencia del ciudadano". "La objección de conciencia es un deber moral que el Estado tiene la obligación de reconocer, sin restringirla ni minorizarla y no puede ser presentada como un atentado contra los derechos de los demás", concluyó

En la primera fila de este foro de debate, que el próximo año celebra su 40 aniversario, estaban en la conferencia de Benavent el vicepresidente primero del Consell y titular de Cultura y Deporte, Vicente Barrera, y la consellera de Justicia e Interior, Elisa Núñez, así como la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, Pilar de la Oliva, y el secretario general de UGT del País Valencià, Ismael Sáez.

El papa Juan Pablo II

El ámbito académico también contó con una nutrida representación con la presencia de la rectora de la Universitat de València (UV), Mavi Mestre, y de los rectores de la Universidad Cardenal Herrera-CEU (UCH-CEU), Higinio Marín, y de la Universidad Católica de València (UCV), José Manuel Pagán, quien fue el encargado de presentar al arzobispo.

La presidenta del Club de Encuentro Manuel Broseta, Amparo Maties, destacó que comenzar el curso del 40 aniversario de esta tribuna de debate con el arzobispo de València "es un honor". El rector de la UCV, José Manuel Pagán, presentó al arzobispo como "un académico apasionado por la educación". También recordó el lema elegido por Benavent para su arzobispado, "en caridad y en palabra de verdad", que tomó siguiendo el ejemplo de San Pablo. Igualmente destacaba que fue el papa Juan Pablo II quien, cuando visitó España en 1982, ordenó sacerdote a Benavent y que más de dos décadas después lo designaría arzobispo auxiliar de València.