Grupo Sorolla Educación: Más de 4 décadas preparando a los jóvenes "para volar"

«Preparados para volar», ese es el lema del Grupo Sorolla Educación. Porque cuando hablamos de educación no se trata solo de traspasar conocimientos, también de convertir al alumnado en buenas personas con recursos para enfrentarse al mundo y, sobre todo, que les guste aprender y descubrir por sí mismos. Implantarles la semilla de la curiosidad.

Son los objetivos de esta cooperativa educativa que cuenta ya con siete centros educativos y casi 4.000 alumnos y alumnas, además de un nuevo colegio en construcción en el barrio de Malilla (València). Es una de las muchas razones por las que Grupo Sorolla Educación es el ganador de los Premios Levante-EMV 2023 en la categoría de Educación, un galardón patrocinado por la Universitat Politècnica de València (UPV).

Los Premios Levante-EMV amplían su ámbito con un total de 10 galardones

Grupo Sorolla Educación: Más de 4 décadas preparando a los jóvenes "para volar"

Todos sus centros privados son internacionales, con el 80 % de clases en inglés ya desde infantil. La metodología educativa propia les ha servido para recoger varios premios de excelencia en la innovación y recientemente 120 de sus docentes fueron elegidos como «Microsoft Innovative Educator». Además, todos sus centros son reconocidos como «Microsoft Showcase School». Esto significa que la empresa tecnológica los considera un referente mundial en el uso de la tecnología en el aula.

En sus centros educativos se abarcan todas las etapas del alumnado. Literalmente un niño o niña entra al centro cuando comienza a andar y sale con 17 años, habiendo aprobado la EBAU para dirigirse a la universidad.

Mayte Ramos, CEO del Grupo Sorolla Educación, explica que «el hecho de que seamos una cooperativa nos diferencia, porque todo lo que generamos se vuelve a invertir en los centros y en crear nuevos puestos de trabajo». Otra parte completamente fundamental es la formación del profesorado, que está constantemente actualizando conocimientos. «Queremos a los mejores docentes con nosotros. Y no tiene sentido tener las mejores instalaciones y los mejores recursos si luego el profesorado no sabe sacarles partido», cuenta.

De hecho, según explican, los docentes de algunos centros van a otros colegios e institutos de España para enseñar cómo se llevan a cabo estas experiencias innovadoras en las aulas.

'Nuestro alumnado ya toma decisiones, y debe hacerlo con criterios ESG'

Jessica Vélez, coordinadora de Infantil de Julio Verne School, explica que se lleva a cabo una metodología creada por el propio profesorado, dentro de un reconocido método pedagógico para obtener los mejores resultados. «En Infantil, con la vista puesta en las otras etapas, llevamos a cabo una metodología activa, de aprendizaje por ambientes, los estudiantes pueden decidir qué actividad quieren hacer», cuenta.

En el caso de Infantil, las aulas son completamente abiertas para el alumnado y con distintas actividades para realizar. Hay una media de tres docentes cada dos aulas y se potencia la independencia del estudiante. «No queremos que el ‘profe’ esté siempre encima de ellos, sino que aprendan desde pequeños cómo tienen que comportarse, les damos libertad para que vayan descubriendo», cuenta Ramos.

Otro aspecto por el que destaca el Grupo Sorolla Educación es por el buen uso de la tecnología dentro del aula, sin olvidar tampoco la escritura a mano y los libros de texto. «Todos los niños y niñas desde cuarto de Primaria tienen su propio dispositivo de uso individual, y ponemos mucho énfasis en la alfabetización digital de los más pequeños. Al final son herramientas muy potentes que deben aprender a manejar correctamente. Es fácil que cometan algún error y es preferible que lo hagan en un entorno seguro con la guía del profesorado», explica Inmaculada Merino, directora de comunicación. El nivel de implantación de la tecnología del aula es tal que incluso recibieron una visita de una prefectura de Japón para aprender de su metodología educativa.

El objetivo del Grupo Sorolla Educación, al final de la vida escolar es claro: «Tiene que gustarles aprender de por vida, que el aprendizaje sea motivador e ilusionante para que continúen al salir. Así nos aseguramos de que salen preparados para volar», explica Ramos.