El agua de l’Albufera no consigue quitarse el tinte marrón

El ayuntamiento justifica a bajada de nivel en la «perellonà», pero las aguas no consiguen regenerarse y aparecen ya anguilas muertas

Los canales, donde las 
barcas tocan fondo, 
no consiguen 
quitarse la tonalidad 
marrón.  levante-emv

Los canales, donde las barcas tocan fondo, no consiguen quitarse la tonalidad marrón. levante-emv / moisés domínguez. valència

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Agua de chocolate. O, por lo menos, ese es el aspecto. Se le acumulan los problemas al lago de la Albufera, cuyas aguas están pasando un otoño especialmente complicado. Por cantidad y por calidad. Porque si, tal como desveló Levante-EMV, el nivel de las aguas está por debajo de lo aconsejable para ser considerado un caudal ecológico, su calidad no parece la más adecuada. Lo demuestra el color marrón que puede apreciarse a simple vista. Y con las dudas sobre la afectación sobre la fauna de tan delicado ecosistema.

Un grupo de patos transita 
con una barca casi al 
ras del agua.  levante-emv

Un grupo de patos transita con una barca casi al ras del agua. levante-emv / moisés domínguez. valència

Hace unas semanas se detectó una mortandad de cangrejo azul -esa especia invasiva a la que, finalmente, se le ha dado una oportunidad gastronómica- sin que esté plenamente confirmado el motivo de la misma (desde una causa patológica a un simple descarte de existencias) y, según fuentes consultadas por este diario, también han aparecido ejemplares de anguila muertos tanto en los «mornells» como viveros -los espacios, dentro del propio agua de la albufera, donde permanecen en cautividad a la espera de ser recogidos gradualmente.

Hay espacios, como en las aguas de Catarroja, que no han detectado una mortandad que pueda considerarse masiva o llamativa, pero el presidente de su Comunidad de Pescadores, Miguel Raga, reconoce que «lo del color del agua nunca lo habíamos visto durante tanto tiempo». Se justificó en su momento en la muerte de algas, pero han pasado los meses y el tintado no cambia.

"Se han llevado muestras a analizar"

Se justificó en su momento en la muerte de algas, pero han pasado los meses y el tintado no cambia. «Nos han dicho que han tomado muestras de varios puestos y se la han llevado a analizar», asegura el presidente de la comunidad del Palmar, Pepe Caballer. «Se dijo lo de las algas muertas, pero es que ha pasado mucho tiempo. Y yo soy de los que ha bebido en este agua limpia».

La explicación del ayuntamiento

El Ayuntamiento de València, como dueño y responsable de las aguas ha dado por fin su opinión respecto a por qué han bajado tanto las aguas, por debajo de lo admisible. Lo justifican en la propia «perellonà», la inundación de los campos de arroz. El concejal de Devesa-Albufera, José Gosálbez, aseguró ayer que «desde la concejalía se han cerrado las compuertas, se ha alertado a la Conselleria y a la Confederación Hidrográfica del Júcar y se han aportado al lago ocho hectómetros cúbicos desde la Acequia Real del Júcar».

Cangrejos muertos 
hace un par de 
semanas.  levante-emv

Cangrejos muertos hace un par de semanas. levante-emv / moisés domínguez. valència

Peor en los años secos

«La inundación de los campos colindantes a la laguna, sin haber entradas de agua al lago, reducen su nivel, siempre es habitual por la ‘perellonà’ que se produce todos los años, pero en años lluviosos la situación se enmascara, y en años secos, como el presente, resulta muy evidente», añade la explicación municipal.

En el debate sobre la falta de agua en el lago se extienden dos motivos. Uno, tangible: la falta de lluvia. Otro, en el debate: si se están cumpliendo las aportaciones de aguas (el llamado «caudal ambiental») que debe hacer la Confederación Hidrológica del Júcar. Xúquer Viu interpreta la pérdida de centímetros como «un aspecto que nos da la razón con las críticas al Pla Hidrològic del Xúquer, ya que no se garantizan los caudales ambientales». Recordando que si esto pasa cuando «en la demarcación del Xúquer estamos bastante bien de reservas, tanto este año como el pasado, ya veremos qué pasa cuando la sequía se haga presente, que ocurrirá más pronto que tarde».

La casualidad ha querido que el pasado viernes, Acció Ecologista-Agró y SEO/BirdLife convocaran una mesa redonda en el Tancat de la Pipa sobre la afectación del cambio climático al lago. Y una de las reflexiones es la «amenaza de muerte» que supone la crecida del nivel del mar, que puede llevar a una mayor salinización de las aguas. Y su supervivencia pasa, tal como se reconoció en la charla, en «regular la cantidad y calidad de los aportes de agua que requiere el lago». Recordando que «los efectos del cambio climático vendrán en cascada».

Mientras tanto, agua baja y marrón es el panorama del humedal y uno de los aspectos donde más se nota es la dificultad de sacar las barcas. «No hay calado. Con la perxa cuesta y con el motor cada vez es más difícil», aseguran pescadores.

Las barcas eléctricas serán una realidad con una subvención oficial

El Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace), dependiente de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, va a destinar 460.000 euros para impulsar la electrificación de 15 embarcaciones tradicionales, especialmente de uso turístico, que navegan en el Parc Natural de l’Albufera de València. A través de esta línea de incentivos, se respaldará el 80 % del coste que supone cambiar los motores de combustión a eléctricos.

Con esta iniciativa, el Ivace pretende contribuir a la promoción de una movilidad más sostenible y menos contaminante en un entorno especialmente sensible como el Parc Natural de l’Albufera. 

Actualmente, las embarcaciones que disponen de permiso para navegar en el lago utilizan motores de combustión que producen un alto impacto ambiental, ya sea con los humos o con los vertidos al agua de combustible o aceite que pueden producir, o con el ruido que generan, con un efecto directo sobre la flora y la fauna del entorno. La electrificación se considera viable porque las condiciones del lago son idóneas para la transición energética, al ser aguas calmadas y efectuar trayectos no muy largos.