Trabajo

Glovo pide la documentación de autónomos a sus riders para detectar cuentas alquiladas a extranjeros sin papeles

Varios repartidores han denunciado a la empresa porque desactivarles la cuenta como represalia, y afirman que no van a entregar la documentación

La empresa dice que se trata de comprobaciones rutinarias y que si hay alguna irregularidad se iniciará un proceso de investigación

Valencia. Rider trabajando

Valencia. Rider trabajando / Miguel Ángel Montesinos

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

"En Valencia, seis de cada diez cuentas de Glovo están alquiladas a extranjeros sin papeles". Pepe Forés es uno de los primeros riders de València, y muchos años después sigue repartiendo para ellos. Él ha sido uno de los que ha recibido el mail de la empresa de delivery, reclamando pruebas a todos sus repartidores de estar dados de alta en autónomos.

La estimación de Forés es subjetiva de lo que él ve en la calle, pero la realidad es que el trapicheo con cuentas es una constante en València. Una persona se crea un perfil en la aplicación y pide 250 euros por adelantado a un extranjero sin documentos con necesidad de trabajar. El dueño de la cuenta se suele quedar con un 30 %, y el migrante con un 70. Son casos que ha podido ver este periódico de primera mano.

"Ponle que si un mes genero 700 euros, solo me quedo con 450", explica un rider alquilado a este diario. Suelen ser latinos (colombianos y venezolanos) o marroquíes, y se trata de un negocio en auge porque es la forma más sencilla de encontrar trabajo para un inmigrante sin papeles recién llegado. De la vulnerabilidad de estas personas se aprovechan quienes alquilan las cuentas.

Un rider por las calles de Valencia, en una imagen de archivo.

Un rider por las calles de Valencia, en una imagen de archivo. / Miguel Ángel Montesinos

En el otro lado se sitúan los repartidores como Forés, que se dedican a esto, pero necesitan trabajar para varias apps para generar unos ingresos dignos a final de mes, algo también muy común entre riders, que pueden llevar una mochila de Glovo pero estar repartiendo para otro servicio.

Impacto en los riders

Forés es uno de los repartidores que se ha negado a contestar al mail, que ha causado impacto entre la comunidad de repartidores; unos porque alquilan la cuenta, y otros porque piensan que es una forma que Glovo tiene de blindarse y sortear la ley rider que, sobre el papel, obligaba a contratar a estos repartidores y declararlos como falsos autónomos. La realidad es que la vida para los riders de Glovo sigue exactamente igual.

Fuentes de Glovo se limitan a explicar que se trata de comprobaciones rutinarias que realiza la empresa y que ya ha realizado en otras ocasiones. Sobre las cuentas alquiladas, Glovo explica que si se detecta una posible irregularidad tras esta comprobación se abrirá una investigación que el rider puede recurrir. La empresa ha dado 15 días a los repartidores para mandar la documentación.

Varios riders, entre ellos Forés, han denunciado a la empresa en los juzgados por haber tomado represalias contra ellos tras denunciar el estado de precariedad en el que trabajan. Forés, en su caso, los ha denunciado por estafa, ya que, según asegura, tras una entrevista en otro medio de comunicación, "a mi cuenta dejaron de entrarle pedidos, y los pocos que repartía me los reclamaban porque decían que no los había entregado. Querían hacerme la vida imposible para que me fuera", cuenta Forés.

Valencia.Johan, Rider de Glovo

Valencia.Johan, Rider de Glovo / Fernando Bustamante

Este tipo de represalias, que en el argot de los repartidores se llama 'matar de hambre a un rider' ya han sido demostradas y condenadas en los tribunales. Algunos repartidores como J. Parrado, también uno de los primeros en Valencia, consiguieron una indemnización por este tipo de prácticas de la empresa española.

Desconectaron su cuenta de la app de manera injustificada y sin previo aviso, dejándole sin el trabajo con el que mantenía a sus niños de 5 y 4 años. De un plumazo. Y sin dar explicaciones. La sentencia condenó a Glovo por despido improcedente a indemnizarle con 3.349 euros y dejó probado que durante ese tiempo fue trabajador de la empresa, y no un autónomo.

Forés asegura que le pasó recientemente. "Yo la semana pasada estuve castigado 6 horas. Durante una tarde entera no me entraban pedidos. Y a los riders que tenía a mi alrededor no paraban de entrarles. Ni uno solo ese día, supongo que es porque les mandé una reclamación por mail", reivindica el repartidor.

Gloverización de la economía

La realidad, según cuenta Forés, es que este tipo de prácticas, sumadas al hecho de que cada vez más repartidores son extranjeros sin permiso de trabajo, hace que los riders no reivindiquen derechos ni se atrevan a alzar la voz cuando la empresa endurece las condiciones.

València. VLC. Los riders de Glovo alertan de inspecciones y requerimiento de papeles de la plataforma pese a no estar contratados

València. VLC. Los riders de Glovo alertan de inspecciones y requerimiento de papeles de la plataforma pese a no estar contratados / Germán Caballero

El repartidor también critica que Glovo no hace los suficientes controles para verificar que sus trabajadores cuentan con todos los permisos. "Tú tienes que autenticarte en la aplicación siempre que te conectas, haciéndote una foto, pero a la vista está que no funciona, porque hay muchísimas personas con cuentas alquiladas y Glovo lo permite o no sabe regularlo bien", cuenta.

Otra realidad que ha visto Forés desde que trabaja en Glovo, es que este tipo de prácticas se han trasladado a más sectores en un proceso que los expertos llaman "uberización de la economía". "Hice una entrevista de trabajo como captador de socios para una oenegé en la calle. Allí me dijeron directamente que me tenía que dar de alta en autónomos, que el horario era de tal a tal hora y me tenía que cambiar en el centro de trabajo con una taquilla de la entidad. Me pareció alucinante. Si te dan los medios para trabajar y te imponen un horario no eres un autónomo ¡Eres un trabajador!", reivindica el rider". Asegura que cada vez más empresas intentan cerrar este tipo de relaciones de trabajo aprovechándose de la necesidad de las personas.

La ley rider no ha conseguido mejorar mucho el panorama y, aunque algunas empresas como Just Eat o Uber sí que contratan a sus repartidores, Forés explica que "casi sale más a cuenta ser autónomo". En muchos casos tienes que poner tú el vehículo, el teléfono y el mantenimiento, hay empresas que te tienen contratado, pero no te dan los medios para trabajar", critica.

Sobre el método para alquilar una cuenta, es cierto que existen grupos de Telegram o páginas de anuncios por internet, pero lo que más funciona, según han explicado riders a este diario es el "boca a boca". "Yo llegué un día y me acerqué a la esquina de Colón donde se ponen los riders, pregunté si conocía a alguien que alquilaba una cuenta y pronto me indicaron. Luego hablas con el dueño de la cuenta, quedas en el modo de pago, y te pones a trabajar", explica un repartidor.

El pago, aunque es mejor que nada, es "esclavizante". "Te llevas 450 euros al mes, sí, pero es a costa de trabajar 12 horas diarias de lunes a lunes", reivindica este rider. La mayoría de repartidores lo ven como algo transitorio, mientras extranjería les tramita los papeles que le permitan trabajar fuera de la economía sumergida. Subirse a la bici les ayuda a resistir y tener dinero para sobrevivir.