¿Qué pasa con los flamencos en l'Albufera? De 28.000 ejemplares a 3.000 y ahora ninguno

Medio Ambiente señala que los controles detectan que las 600 estructuras para la nidificación no se han concluido y las puestas de huevos no están siendo atendidas

Los expertos apuntan a la entrada en el Racó de l'Olla del zorro, una especie establecida hace años en la Devesa

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

La Conselleria de Medio Ambiente ha detectado las estructuras de unos 600 nidos de flamencos aunque solo se han contabilizado unas sesenta puestas de huevos. En cualquier caso, asegura, todos han sido abandonados por sus progenitores por lo que la nidificación no ha llegado a completarse. Así lo ha trasladado el departamento que dirige la consellera Salomé Pradas a los productores de arroz, que el martes alertaron de las posibles mermas al futuro cultivo. «Con los registros actuales no se prevé daños», subrayaban ayer, aunque en el informe del año pasado la afectación al arrozal solo fue del 1,6 % según los datos oficiales.

Aunque los colectivos ambientalistas cifran en unos 28.000 los ejemplares que este invierno han llegado al Racó de l’Olla, desde la Dirección General del Medio Natural y Animal se apunta a solo unos 3.000 dispersados. «Son bandadas que entran de forma normalizada», responde a las preguntas de Levante-EMV. «El número es adecuado y acorde a otros años. Lo que perjudica a los arroceros es la nidificación, no tanto la presencia de flamencos, sino que críen», aclaraban las mismas fuentes.

La entrada del zorro

Los biólogos consultados por Levante-EMV apuntan a la entrada del zorro, una especie establecida en la Devesa desde hace años, que esporádicamente entra a merodear en el Racó de l'Olla."En el sitio que están los flamencos eran muy accesibles a los predadores por eso nos sorprendió tanto que se intalaran allí", apuntaban este jueves.

En todo caso, recalcan que desde el área de Raúl Mérida se realizan controles diarios tanto del estado del agua como de la fauna del parque natural. El año pasado para evitar la nidificación, inciden desde conselleria, y para evitar los daños a la agricultura y una elevada mortandad en la zona, se jugó con los niveles de agua. Algo inviable ahora por la situación ambiental del lago, donde se han estado incumpliendo los niveles mínimos, agravado por la falta de precipitaciones. En cualquier caso, desde Medio Ambiente se recalcaba que se está en contacto permanente con los responsables de la Conselleria de Agricultura y Pesca.

Los sindicatos agrarios AVA-Asaja y la Unió Llauradora alertaban este martes de los «graves daños» que la proliferación de esta ave no amenazada y en expansión puede acabar provocando en el arrozal, según coincidían José Pascual Fortea y Enric Bellido.

Para los colectivos ambientalistas implicados en el parque natural como es SEO BirdLife el mal estado de los humedales en el resto de España es la causa de que recalen en l’Albufera en busca de agua y alimento.

Mal estado en otros puntos

Así lo aseguraba a Levante-EMV el delegado de SEO/Birdlife en la Comunitat Valenciana, Mario Giménez. Aunque entiende las quejas de los agricultores, apuesta por la cautela y sobre todo esperar a los meses de marzo y abril. Aunque l’Albufera no atraviesa por su mejor momento por la falta de agua, lo cierto es que su conservación es más óptima que la de otros puntos de España, como Doñana, donde el Gobierno ha tenido que intervenir para evitar sanciones de la Unión Europea.

«A finales de abril seguramente habrá menos», avanzaba el biólogo, quien también ve complicado aplicar medidas disuasorias - como ocurre en el Delta del Ebro o la Camarga francesa- sin una regulación previa por parte de la Conselleria de Medio Ambiente, al tratarse de un espacio protegido. La Conselleria de Agricultura apuntaba el pasado martes a este periódico que estudiará con el sector las posibles vías de compensación a los arroceros.

Evitar colapsos

Por su parte, Elisa Valía, concejala del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de València, reclamaba a la alcaldesa María José Catalá que «aumente la frecuencia de autobuses que van a l’Albufera para que las personas puedan ver los flamencos y no tengan que recurrir al coche y provocar colapsos». Yemplazaba al consistorio a crear un plan de actuación con los técnicos del parque para la preservación.

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