El abandono rural y agrícola favorece el regreso de predadores desaparecidos

La rápida expansión del carnívoro meloncillo es el paso previo para el lince

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

Hace meses en el paraje de las Pilillas, en pleno parque natural de las Hoces del Cabriel, alguien creyó ver un ejemplar de lince ibérico (Lynx pardinus). El Servicio de Vida Silvestre de la Generalitat, sin embargo, no consiguió confirmar el avistamiento.Ninguna de las cámaras de fototrampeo de la zona captó su imagen. Bien podía tratarse de un gató rabón (Felis silvestris). Esta misma semana, en Aras de los Olmos AVA-Asaja denunciaba un ataque a un rebaño de ovejas por parte del lobo ibérico (Canis lupus signatus). Algo que Medio Ambiente trata de confirmar con ADN.

El regreso de depredadores desaparecidos hace un siglo en la Comunitat Valenciana es cuestión de tiempo, según los expertos, por la despoblación, el abandono de los cultivos y los planes para su protección. Cada año los montes valencianos ganan unas 3.000 hectáreas de masa forestal. Pese a las alertas de los ganaderos, ecologistas y biólogos subrayan la importancia que implica por ejemplo el lobo para la biodiversidad.

Mientras tanto, otro mamífero carnívoro pero invasor como es el meloncillo (Herpestes ichneumeon) está en fase de crecimiento desde que en 2018 se citara por primera vez en la localidad de Llombai. Entonces fue un agente medioambiental de Castilla-La Mancha quien dió constancia de ello. En julio de 2022 un trampeo fotográfico «pillaba» a un ejemplar en el norte de la provincia de Alicante. En realidad el proyecto de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid estaba enfocado al estado de conservación del gato montés en la Serra de Mariola y el Carrascar de la Font Roja. Al obtenerse solo una captura fotográfica en los dos meses de trabajo se pensó en un individuo dispersante.

Lo cierto es que desde la Dirección General de Medio Natural de la Generalitat confirmaban hace semanas a Levante-EMV su «progresiva expansión» hacia el este de la península. La sobrepoblación de conejo en los montes valencianos augura un rápido proceso de colonización, al tratarse de una de las presas favoritas de esta especie de la familia de las mangostas. Su aspecto recuerda al de un mustélido de tamaño mediano y puede alcanzar hasta los seis kilogramos en los machos.

Reintroducción del lince

En el banco de datos de la Generalitat figuran ocho citas de su presencia, además de la de Llombai: dos en Ademuz, cinco en Villena, y otra en Alcoi. Los biólogos tienen claro que el incremento de poblaciones de meloncillo es la antesala para la llegada del lince, un animal para el que además hay proyectos de reintroducción, sobre todo en la Serra d’Espadà.

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