Familiares de fusilados en Paterna rechazan que se vacíen las fosas "por decreto"

Presidencia de la Generalitat firma el inicio de los trabajos de exhumación de 186 represaliados de la dictadura enterrados en 41 fosas

Mensaje de los familiares contra el vaciado de la fosa 135.

Mensaje de los familiares contra el vaciado de la fosa 135. / Levante-EMV.

Rafel Montaner

Rafel Montaner

Familiares de fusilados en Paterna rechazan que Presidencia de la Generalitat vacíe «por decreto y sin el consentimiento de las familias de los represaliados» las 41 últimas fosas comunes quedan por abrir en el cuadrante primero izquierda del cementerio de este municipio de l’Horta Nord y que guardan los restos de al menos 186 personas ejecutadas durante la dictadura.

Así lo expresó ayer Cèlia Chofre, nieta de Federico Rico Cabrera, una de las 11 víctimas del franquismo que fueron enterradas en la fosa N.º 135 tras ser fusiladas el 5 de abril de 1941. Chofre asegura que su oposición a que los restos de esta fosa sean exhumados la comparten otras familias de represaliados.

La excavación de estas últimas 41 fosas las impulsa Presidencia de la Generalitat a través de su dirección general de Transparencia y Participación, cuyo responsable, José Salvador Tárrega, estuvo precisamente ayer en el cementerio de Paterna en el acto administrativo de la firma del inicio de los trabajos con la asociación científica ArqueoAntro, a la que el Consell de Carlos Mazón adjudicó en verano la exhumación de los restos y su identificación por 316.400 euros.

El pasado 31 de enero Presidencia de la Generalitat publicó en el diario oficial los nombres de las víctimas del franquismo enterradas en estas 41 fosas, 183 hombres y tres mujeres ejecutadas entre el 12 de junio de 1939 y el 29 de noviembre de 1950, con el fin de que aquellos familiares de los represaliados interesados en recuperar los restos pudieran personarse en el proceso.

Respetar a los descendientes

Cèlia Chofre, que no se opone a que aquellas familias interesadas en recuperar los cuerpos puedan hacerlo, ha dirigido un escrito a Presidencia de la Generalitat en el que pide que «se respete el derecho de los descendientes a que se conserve la fosa que estamos cuidando desde hace más de 82 años, pues es muy grave que se nos arrebate por decreto el espacio de nuestro recuerdo, la tumba que las familias consideramos un monumento a la memoria de nuestras víctimas de la dictadura fascista».

«Tengo 71 años y desde que era un bebé no he dejado de ir al cementerio de Paterna ningún 14 de abril, ni tampoco ningún 1 de noviembre, a recordar a mi abuelo, por lo que para mi la fosa es un monumento a la memoria de todos los fusilados que se debería conservar para que nunca se olvide, al igual que los campos de concentración del nazismo», añade Cèlia.

Para ella «carece de sentido que se vacíen por completo las fosas» para que los restos que nadie reclama o que las familias no quieren que se exhumen, se lleven al columbario del futuro Memorial 2.238, en alusión al número final de fusilados en Paterna. «Estas fosas que están en un cementerio y, por tanto, no estamos hablando de un enterramiento indigno como una cuneta, ya son en sí mismas un memorial porque se trata de tierra bañada con la sangre de personas indignamente fusiladas», asevera.

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